¿Aguantará nuestro planeta hasta que nosotros cambiemos?

 ¿Aguantará nuestro planeta hasta que nosotros cambiemos?

Bill McKibben es activista medioambiental y representa al movimiento de la sociedad civil para la protección del planeta. En la COP23, DW le preguntó cómo podemos prevenir una futura catástrofe.

DW: ¿Nos puede dar un diagnóstico actual del mundo respecto al cambio climático?

Bill McKibben: Escribir mi primer libro sobre el tema hace 30 años me permitió  seguir este cambio desde sus inicios. El cambio es mucho más rápido y fuerte que lo que habíamos esperado a fines de los 80, cuando la idea de cambio climático apareció por primera vez.

Ahora que la temperatura del planeta subió de 1 grado Celsius podemos ver cambios enormes. La mitad del hielo del mar Ártico desapareció, los océanos son aproximadamente 30 por ciento más ácidos que hace 40 años. Incluso en los últimos dos años, perdimos porcentajes importantes de la barrera de coral del mundo y los investigadores piensan que, de hecho, desaparecerán en 50 años.

El ciclo hidrológico –que mueve el agua en el planeta– está completamente perturbado. California o el África subsahariana experimentan sequías abominables y sin precedentes. Al mismo tiempo, en otros lugares asistimos a precipitaciones nunca vistas.

Puedo seguir así durante mucho tiempo, pero basta con decir que todo lo que dábamos por hecho en este planeta está ahora puesto en duda. Incluso lugares idílicos y seguros son ahora lugares dominados por el miedo y la incertidumbre.

¿Y cómo luchamos contra este cambio climático?

La producción de carbón recién empieza a estabilizarse, pero sigue estando a niveles tan altos que no nos syuda en mucho. Si queremos tener esperanzas de prevenir una enorme catástrofe para la civilización, necesitamos bajar las emisiones de carbón con mayor rapidez, mucho más rápido que lo que puede hacer una transición económica normal.

El objetivo del Acuerdo de París es limitar el calentamiento global a menos de 2 grados adicionales. Los científicos coinciden con la idea de que necesitamos lograr un punto cero de emisión -incluso una emisión negativa- en las próximas décadas. ¿Usted piensa que se puede lograr?

Esta pregunta tiene en realidad dos partes: ¿Es técnicamente posible? Sí. Mark Jacobson, de la Universidad de Stanford, tiene autoridad sobre este tema. Su trabajo demuestra que en 139 países podríamos lograr tener un 80 por ciento de energías renovables en 2030 y 100 por ciento en 2050.

La segunda parte de la pregunta es saber si es políticamente posible. Esto depende totalmente de si logramos o no crear movimientos bastantes importantes para hacer caer la industria petrolera que nos ha metido en esta situación.

¿Qué espera de la COP 23?

Creo que el mundo tomó muchas decisiones sobre lo que había que hacer en términos de acuerdos internacionales en París. Aun así fue un resultado muy modesto. Claro, era el comienzo, pero hay que ir más allá. Necesitamos a gente que se manifieste en las calles, que presione a los gobiernos para que se muevan mucho más y más rápidamente que lo que está previsto.

El presidente Donald Trump sacó a Estados Unidos de las negociaciones sobre el clima. ¿Qué esperanzas tiene para Estados Unidos?

A corto plazo, Estados Unidos no liderará el movimiento de ninguna manera. Mientras Trump esté en el poder, no hará nada. Si Trump fuera secuestrado por extraterrestres, su vicepresidente [Mike] Pence no hará nada tampoco. De momento, la industria petrolera tiene sus representantes seguros. Creo que tenemos que esperar que la democracia estadounidense se reafirme pronto.

¿Qué espera del mundo de las finanzas y de los poderes locales estadounidenses?

Los empresarios y los gobiernos locales pueden desempeñar este papel. Sin embargo están limitados. Si hablamos de calentamiento global es porque está insertado en una lógica mundial. Y será aún más complicado colaborar con millones de ciudades y pueblos. Pero me pone muy feliz cuando veo que numerosas ciudades tratan de acercarse al 100 por ciento de energías renovables. Ya no son solamente ciudades de estados demócratas, sino también en lugares como Atlanta, San Diego o Salt Lake City se han sumado al movimiento.

¿Y usted piensa que este combate lo va a ganar la gente?

La cuestión no es si el movimiento civil va a ganar o no. La cuestión es de saber en cuanto tiempo. En 75 años más el planeta se abastecerá de energía gracias al sol y el viento. La cuestión es si, a esas alturas, el planeta seguirá siendo viable. Porque si no somos capaces de hacer esta transición rápidamente, las inexorables lógicas del cambio climático nos llevarán hasta un punto de no retorno.

Proyectándonos en el futuro, ¿cómo se imagina que crecerá el movimiento de la gente en las próximas décadas?

Creo que se convertirá en algo aún más inteligente. Creo que cada mes vamos entendiendo un poco más los vínculos entre las finanzas y la industria petrolera. Creo que vamos a perseguirlos más y más, entendimos que lo imperativo es hacer que las cosas cambien. Ya no estamos interesados en escuchar a la gente decir que creen en el calentamiento global y que van a cambiar cositas. Necesitamos que las cosas cambien a una escala que coincida con la del desastre al cual estamos asistiendo.

Bill McKibben es co-fundador de 350.org y autor de «The End of Nature”, un famoso libro sobre el calentamiento global publicado en 1998.

Charlotta Lomas (MD/DZC)

 

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