Crece la presión para que haya debate presidencial en 2015

 Crece la presión para que haya debate presidencial en 2015
LPOTras la firma de un compromiso de los presidenciables en TN, se lanzó la iniciativa Argentina Debate.

Una silla vacía para los candidatos que falten, campañas con ídolos del fútbol que presionen a los políticos y hasta una ley que obligue a los candidatos a debatir: esas fueron algunas de las ideas con las que se lanzó hoy la iniciativa Argentina Debate, un espacio conformado por políticos, periodistas, académicos y empresarios que buscan instalar la cultura del debate en la política argentina y lograr que los principales candidatos a la presidencia discutan públicamente sus ideas antes de las elecciones de 2015.

El lanzamiento contó con la presencia de expertos en debate político de Estados Unidos, Paraguay, Brazil, Perú y Chile, que relataron sus experiencias en sus países, dieron sus consejos sobre cómo lograr que se instaure la costumbre en el ámbito político y recomendaron los formatos que más éxito tuvieron.

“Los candidatos prefieren no debatir, no está en su naturaleza. Especialmente para el que lidera en las encuestas”, afirmó el periodista brasilero Ricardo Boechat, que moderó uno de los debates de la primera rueda en las últimas elecciones de Brasil. Según Boechat, es necesario convencer a los candidatos del “valor intrínseco” que tiene el debate para la democracia y que ganar o perder no asegura una victoria o una derrota en las elecciones.

De todos modos, los expositores pusieron de manifiesto que se necesita de la generación de la demanda de sectores de la sociedad como los medios y ONGs, porque el grueso de la opinión pública no lo exige espontáneamente. En cambio, a partir del primer debate, la ciudadanía comienza a sentirlo como un derecho, y el costo político de negarse a debatir sería demasiado alto para cualquier candidato.

Así se logró establecer la costumbre Paraguay y Perú, donde centros de políticas públicas impulsaron por primera vez los debates de las elecciones recientes. A partir del 2006, en Perú se realizan debates en elecciones presidenciales y legislativas, e incluso se llegó a instalar la idea del “debate programático” en que los equipos técnicos de los candidatos discuten sus propuestas de gobierno frente a las cámaras.

De todos modos, Boechat propuso alternativas más directas para forzar a los candidatos que se nieguen a debatir. Para el periodista brasilero, la prioridad es “lograr que haya un primer debate, porque es mejor uno de mala calidad, que ninguno”. Sobre ese logro inicial se puede presionar a candidatos con una silla vacía con su nombre, e incluso permitir que los otros candidatos le dediquen preguntas.

Además, Boechat explicó que en Brasil rige una ley que le otorga el derecho a participar del debate a todos los candidatos cuyos partidos tienen representación en el Congreso. La idea de forzar el debate por ley fue deslizada por Julio Cobos ayer, pero la propuesta levantó dudas entre algunos de los expertos, que prefieren evitar que la legislación pueda escribirse a favor o en contra de una fuerza política.

 

El compromiso TN y el marco apropiado

Como recomendaron los expertos, el primer compromiso de los precandidatos llegó de parte de los medios: TN logró ayer que Sergio Massa, Mauricio Macri, Ernesto Sanz, Daniel Scioli, Hermes Binner, Julio Cobos y Elisa Carrió acordaran debatir el año que próximo.

Los candidatos firmaron un documento en que afirmaron su predisposición a participar de un debate, pero Scioli se negó. El gobernador argumentó que él “no necesita firmar un documento” porque nunca negó un debate, pero lo cierto es que el rechazo del candidato del Frente para la Victoria surge de la pelea del kirchnerismo con Grupo Clarín.

Scioli se diferenció así del resto de los candidatos y planteó indirectamente la necesidad de un recinto y un canal “neutral” para la transmisión.

En este sentido, Fernando Masi, miembro de Paraguay Debate, explicó que en ese país se buscan lugares neutros como el Banco Central para llevar a cabo el debate, mientras que Ricardo Solari, presidente de la Televisión Nacional de Chile, compartió la experiencia de un ciclo de debates organizado íntegramente por el canal público.

Formato e interés del público

Para Janet Brown, presidenta de la Comisión de Debates Presidenciales de Estados Unidos –un país con una cultura de debates televisados que se extiende hasta la década del 60-, es importantísimo lograr que las transmisiones sean amplias y atractivas para alcanzar la mayor audiencia posible.

En EE.UU., explicó Brown, los debates presidenciales duran 90 minutos sin cortes publicitarios y se transmiten en vivo y en simultáneo en todos los canales, con las cadenas repartiéndose los costos de producción.

Otro gran tema que suele condicionar la decisión de los candidatos es quién decidirá los temas a tratarse. Mientras que en el formato estadounidense las preguntas suelen estar predefinidas y son conocidas por los candidatos al menos una semana antes, Boechat prefiere dar un impulso inicial al debate y permitir que se desarrolle libremente, reduciendo al mínimo el rol del moderador.

“¿Quién mejor que Dilma para hacerle las preguntas más incisivas a Aécio Neves, y quién mejor que Aécio para cuestionar a Dilma?”, argumentó Boechat.

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