En Jujuy más de la mitad de los estudiantes, no entienden lo que leen, ¿de que éxito hablan?

 En Jujuy más de la mitad de los estudiantes, no entienden lo que leen, ¿de que éxito hablan?

Mientras la educación en Jujuy se reduce al conflicto salarial, la calidad del recurso producido decrece, embargando el futuro de manera irresponsable, desde el sector público hasta la sociedad civil.

 15.12.2014 || Días atrás la Ministro de Educación Florencia Gelmetti descolocó a los jujeños al asegurar que el saldo de la educación en Jujuy fue positivo, exaltando un engañoso perfil inclusivo que estaría llevando adelante el Ministerio de Educación de la Provincia.

Aula de clases vacias

La Ministra resaltó la integración de los alumnos de capacidades diferentes al sistema común, la aplicación intercultural del tratamiento bilingüe, propuestas para extender la educción hacia los ámbitos rurales, nuevos formatos que se estudian para reinsertar alumnos a las escuelas públicas y el acompañamiento a los alumnos que padecen patologías que les impide la educación presencial “Educación Hospitalaria”.

Sin embargo sus apreciaciones, resultan violentas para los padres de miles de alumnos del sistema público que saben que sus hijos están decayendo en calidad educativa, producto del incumplimiento de los 180 días de clases.  Volumen de conflictos gremiales, que profundiza el deterioro del estándar intelectual que el alumno jujeño representó dos décadas atrás.

La palabra éxito no cabe en ningún párrafo que la ministro intente para sus manifestaciones, ya que el deterioro del sistema educativo jujeño es tan grande, que resulta imposible presumir de alguna conquista, ubicada en algún sub programa cuyo incidencia en el balance resulta insignificante.

Jujuy también formó parte de las pruebas PISA que mide los logros educativos de alumnos de 15 años, muestra que ubica a la Argentina en el puesto 59 entre los 65 países, y el sexto lugar entre los ocho latinoamericanos. Argentina no alcanza el nivel 2 en lectura, lo cual implica que la mitad de los estudiantes no entienden lo que leen.

Y en la última encuesta global WVS, que indagó acerca de la preocupación por no poder dar una buena educación a los hijos, la Argentina figuró en la posición 40 entre las 48 naciones, con sólo un 22% manifestándose muy preocupado, con lo cual, asumimos que desde la sociedad jujeña todavía no se establecen demandas potentes para ejercer presión de manera de revertir la decadencia del sistema educativo jujeño, donde los docentes y sus representaciones gremiales son corresponsables.

Pero, que la sociedad no eleve la bandera por la recuperación del sistema educativo, no significa que compran cualquier verdura, los padres poseen sentido crítico y capacidad argumentativa para ilustrar a la ministro que acciones o realidad sería más saludable para sus hijos, como el normal desempeño del año lectivo; por ejemplo.

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El mundo del conocimiento científico empieza a demandar mucho más que los tradicionales saberes del pasado: se busca que las personas puedan leer y comprender textos diversos, analizar fuentes de información diferentes y evaluar procesos, entre otras competencias. El desajuste entre lo que la escuela enseña y lo que la sociedad y el mercado de trabajo les piden a los jóvenes es muy grande y la escuela secundaria no está consiguiendo cerrar esa brecha.

La Ministro, como los gremios, además de la sociedad civil, no identifican la verdadera problemática a la que arrastran al producto escolar, el cual no posee herramientas para las exigencias del mundo global actual, quedaron aprisionados al paradigma de la lucha salarial y las bajadas de líneas de un centralismo cada vez más omnipresente en la periferia.

Contradiciendo el espíritu académico el ministerio de educación no trabaja sobre estadísticas, las cuales ni siquiera produce, con lo cual se mimetiza con una dirigencia política con graves faltas constitucionales en materia de transparencia.

Por su parte la representación gremial, deberá ofrecer a los docentes, herramientas y caminos que le permitan recuperar la dignidad de sus roles, lo cuales no solo se alcanzan con la percepción justa de sus haberes, sino con la misión irreductible de formar personas aptas para la vida en sociedad.

La migración conceptual de la escuela guardería, para nada incluye, por el contrario se ha convertido en el motor de los éxodos permanentes hacia las escuelas privadas, ya que cualquier motivo justifica paros y cese de actividades en las instituciones públicas y los padres pretenden hijos educados, pero este camino posee un techo, referido a la capacidad financiera de los padres.

En una provincia donde hay enormes problemas para obtener empleo, con salarios desvanecidos por la inflación, la apreciación tan liviana y fuera de la realidad de la ministro, es casi una provocación para el común de los jujeños.

Jujuy esta estigmatizado en la imaginario del NOA, en cuanto a rendimientos, los bochazos a nuestros jóvenes comprovincianos, quienes en los primeros años y exámenes de ingresos se estrellan contra una pared, que deben superar luego de incorporar metodologías, ritmo y esfuerzo que generalmente incorporan en otras provincias, por provenir de un sistema que posee una deuda cada vez mayor con lo que se denomina calidad educativa.

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