Golpe sobre los sectores productivos y sociales

El martes  se conmemoró El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, por las muertes de civiles producidas por la última dictadura militar que gobernó el país, autoproclamada Proceso de Reorganización Nacional.

A pesar que transcurrieron 39 años del nefasto acto inconstitucional, hoy podemos observar paralelismos entre las prácticas de la dictadura, la cual no solo se caracterizó por hacer desaparecer y torturar personas por ideologías políticas diferentes al poder, sino también por motivos totalmente mezquinos y reprobables como era el hecho de apoderarse de los bienes materiales de otros, aprovechando el poder que detectaban.

De la misma forma hoy en Jujuy, hay grupos concentrados, ligados al poder político y a la dirigencia productiva que están fomentando y actuando a favor del caos económico en el que están cayendo la mayoría de los productores, y están usando esta desprotección y estrangulamiento económico-financiero para comprar a precios viles las tierras más valiosas de las zonas productivas jujeñas.

Este estrangulamiento financiero deliberado, sumado a las continuas intimidaciones por parte del ministerio de trabajo, AFIP, RENATEA, dirección de rentas, etc.; mandadas expresamente a las personas que se encuentran vulnerables tiene un accionar similar al empleado por ‎los agentes económicos que actuaron en la dictadura militar más cruel que vivió este país.

Indudablemente el cultivo del tabaco y de la caña de azúcar enfrentan problemas externos de mercado, pero ante la aparente inacción de las autoridades, muchos productores entraron en un peligroso proceso de cesación de pagos, la maniobra oculta una política deliberada de apropiación de tierras, tal vez la más grande y deleznable de la historia provincial.

En este sentido, la política deliberada a un sistema distributivo en apariencia popular, sujeta vidas humanas, a programas de superviviencia, donde la cultura del trabajo es desterrada, matando con ese proceso el activo mas valioso que puede tener un estado provincial, al quedar en una situación de dependencia económica africanizada, donde el conflicto solo se reduce a la puja de salarios y a ajustes subsidiarios.

De esta manera el sector productivo, y el sector social, están condicionados en sus derechos legítimos, garantizados por la constitución, ya que no son libres, ni cuentan con mecanismos de apoyos a sus proyectos personales, están subordinados a un diseño que no permite el desarrollo humano pleno, ni la evolución financiera, fruto de esfuerzos en un sistema republicano.

Estos factores de control y supresión de las garantías y derechos transformadores, revelan que la concentración del poder en pocas manos, es una característica común a la dictadura, donde el sistema democrático se degrada a simples llamados a elecciones, con escasa participación; donde la justicia esta subordinada y la legislatura reducida a una escribanía.

Hay en Jujuy en estos momentos un régimen, con maquillaje de de democracia “quien quiera oir que escuche, quien quiera ver que abra los ojos”.