«En la Argentina es mayoritario el deseo de salir de la grieta»

 «En la Argentina es mayoritario el deseo de salir de la grieta»
 Pablo Javkin fue la sorpresa de las primarias santafesinas al imponerse al socialismo en su bastión de Rosario. En una entrevista con LPO afirma: «Hay que salir de la guerra política».

Fue la sorpresa electoral de las primarias santafesinas. Pablo Javkin le impuso al socialismo su primer derrota en el bastión de Rosario en décadas, al vencer en la competencia interna del Frente Progresista a Verónica Irizar, candidata del gobernador Miguel Lifschitz y la intendenta Mónica Fein. Con su flamante partido Creo, este ex líder de la Juventud Radical, que luego se pasó a la Coalición Cívica y llego a presidirla, certificó así su madurez política.

Con buenas perspectivas de ganar el gobierno de Rosario en las generales del próximo 16 de Junio, Javkin visitó la redacción de LPO, para hablar sobre como sería su gobierno en la tercer ciudad del país. Sencillo y muy didáctico, no se privó de opinar sobre la coyuntura nacional: «El país va a terminar el 2020 con el PBI del 2007, eso es pobreza, desempleo, pérdida de oportunidades».

¿Esperaban este triunfo que sorprendió a muchos?

Bueno, siempre es bueno vivir un triunfo, sobre todo a mi que me toco vivir de lo otro (risas). La verdad es que es un trabajo de mucho tiempo, en 2015 competí en la primaria, en 2017 aporté al triunfo del Frente, renuncié a la diputación nacional y me integré a la gestión municipal.

Creo que esto venía madurando, mucha gente pensaba que el frente necesitaba un recambio, una renovación de liderazgo y no siempre del mismo partido.

Imagino que ganarle al socialismo en Rosario es como ganarle al peronismo en La Matanza…

Sí, por supuesto que tiene mucha dimensión, pero la manera de compensar ese peso fue tiempo. Mucho tiempo trabajando en la Ciudad, sumamos una parte del radicalismo, nos fuimos de la Coalición Cívica cuando se integró a Cambiemos, creamos el partido Creo.

¿Cómo tomaron el gobernador Lifschitz y la intendenta Fein, haber perdido la primaria en su territorio?

Bueno, por un lado su idea supongo era ganar (risas), pero a mi me parece que en el fondo todos se dan cuenta que esto iba a ser bueno para el frente, que renueva una expectativa en la sociedad rosarina y eso es positivo. Entiendo que un partido socialista con su tradición tiene que asimilar el resultado, pero también saben que para el frente es bueno entrar en otra lógica de construcción.

¿Hubo alguna cuestión determinante para que los rosarinos te elijan por encima de la candidata socialista?

Creo que conectamos con los valores más históricos del Frente. La sociedad rosarina tiene mucho de uruguaya y creo que la idea de una campaña más cercana, sencilla, austera, compitiendo con una campaña de mayor volumen, nos hizo conectar con el momento que la sociedad está viviendo hoy, que es un momento muy difícil. Rosario es una sociedad de mucho peso de la clase media laburante, donde la crisis está golpeando muy fuerte.

Conectamos con esa idea que necesitamos un tiempo nuevo, que la grieta nacional no nos aporta ninguna solución y que la combinación del Frente, pero no con continuidad, sino con inicio de una nueva etapa, gustó.

¿Crees que son una de las primeras expresiones electorales ganadoras donde se plasma este deseo de la sociedad de salir de la grieta?

Creo que la grieta no soluciona nada, que la Argentina tiene que salir de esa lógica de guerra política. El país va a terminar el 2020 con el PBI del 2007, eso es pobreza, desempleo, pérdida de oportunidades. Y esto convencido que el deseo de salir de la grieta es mayoritario en la Argentina, pero claro, después hay que construir los instrumentos para canalizarlo. Y me parece lógico que se de en las ciudades la construcción de caminos para salir de la grieta.

La grieta no solucionada nada, la Argentina va a terminar el 2020 con el PBI del 2007. Eso significa pobreza, desempleo y pérdida de oportunidades. Tenemos que salir de esta lógica de guerra política.

¿Por qué en las ciudades?

Porque creo que en los núcleos urbanos es donde esas reacciones se dan más rápido, en general es en las ciudades donde nace una agenda nueva. Incluso con el peso del interior en este proceso. Imagino que va a pasar lo mismo en Córdoba, son provincias que van marcando ese camino.

¿Cómo ves a Rosario, cual es tu balance de la gestión de Fein y del socialismo en todos estos años?

Rosario tiene mucho para defender. Tiene un piso de políticas públicas importantísimo. En salud, en espacio público, en desarrollo. Ahí que entender que es la única ciudad grande del país que no es capital de su provincia y estamos muy cerca de Buenos Aires y somos muy distintos a la vez. Creo que eso le da un espíritu de pujanza que tal vez no tenga otra ciudad del país, pero también con problemas de recursos, porque tenemos presupuestos menores a las ciudades capitales.

Creo que hoy la demanda del rosarino es más cotidiana, no tanto en las cuestiones estratégicas, sino en recuperar intensidad de gestión en el ordenamiento de la Ciudad, la presencia del Estado cuidando a la gente en el espacio público y el mantenimiento. Creo que además con las limitaciones presupuestarias que vamos a tener, se viene una etapa de la gestión bien municipal, mantenimiento de calles, bocas de tormenta, más lo concreto.

¿Y la seguridad?

Claramente, pero desde lo municipal, tiene que ver con el ordenamiento de la calle y la fijación de reglas, que va desde el ordenamiento del tránsito, a presencia en entrada y salida de colegios, apertura y cierre de comercios, control de motos, a la obra pública que genere urbanización en lugares de la Ciudad donde impacta fuerte.

¿En qué punto está hoy el problema del narcotráfico en Rosario?

Creo que hay un mayor nivel de coordinación, entre nación, provincia y municipio. Empieza a haber causas en el orden federal, un tema muy importante porque hasta ahora eran sólo provinciales. Pero claro, el tipo de crimen tiene mucho impacto. Yo creo que desde el Municipio hay que tener mucha información inteligente sobre lo que ocurre en el territorio y presionar sobre las agencias federales y provinciales que toman el tema y hacer un seguimiento más estricto.

Mencionabas una afinidad del rosarino con el uruguayo, pero también la ciudad siempre tuvo una aspiración europea, esta idea de mirarse en el espejo de Barcelona…

Sí, pero estamos en la Argentina. Rosario tuvo siempre una característica de pueblo grande, de la relación con el otro, que nos gustó y nos hizo bien. Cuando las sociedades no se sienten tan anónimas, el ordenamiento de la sociedad se regula de mejor manera y creo que hay que recuperar eso. Y creo en una sociedad donde la austeridad y cuidarse en relación al otro hay que recuperarlo, porque el fenómeno del impacto de la riqueza de la gran producción agropecuaria y alguna vinculada al delito, fueron alterando esa característica.

Rosario fue siempre como un pueblo grande, de relación con el otro, que nos gustó y nos hizo bien. Nuestro nivel de confrontación política no tiene nada que ver con el que se da en Buenos Aires y si miras a los ex intendentes, no importa de que partido sean, viven en la misma casa, con el mismo nivel de vida.

¿Esa cercanía deseada, se traslada a la política?

Hay que decir que el nivel de confrontación política en Rosario no tiene nada que ver con el que se da en Buenos Aires, el tipo de debate es más exigente en términos de contenido y si mirás a los ex intendentes, no importa de que partido sean, ves que viven en la misma casa, con el mismo nivel de vida. Creo que eso es positivo.

¿Tenés en mente alguna obra estratégicas para hacer en Rosario si ganás?

Sí, aunque me imagino que el inicio va a ser complicado en términos de recursos. Rosario tiene que tener una política de urbanización de barrios y hay un gran trabajo pendiente en lo que se llama Bajo de Saladillo El Mangrullo, que implicaría urbanizar una zona muy importante del sur de la ciudad que implicaría el acceso al río a una zona de la ciudad que hoy no lo tiene. Esa sería una obra emblemática. Después, la segunda, es recuperar un tren regional para la inclusión ferroviaria. Cambiaría mucho la lógica del transporte público de la ciudad y le daría a nuestro aeropuerto la posibilidad de ser el único en la Argentina con una conexión ferroviaria hacia el centro de la ciudad.

¿Tuviste un paso por el ARI, cómo ves hoy a Lilita con esta sucesión de declaraciones desafortunadas de las últimas semanas?

Yo compartí mucho con ella. Uno tiene el cariño de muchos años compartidos, luego nos alejamos por la integración a Cambiemos, nos parecía que no era el camino. Mucha gente en ese momento nos preguntó cómo nos habíamos ido y ahora nos dicen «menos mal» (risas). Después hay componentes personales que al no tener contacto con ella prefiero quedarme con el vínculo de los años compartidos. Hay posiciones políticas que cuando son difíciles de sostener te fuerzan a frases o expresiones que van en un camino más de justificación que de otra cosa. No me gustaría en mi caso, porque no tengo contacto hace mucho tiempo, opinar sobre una situación personal.

¿Y desde el punto de vista político? Porque Carrió emerge desde un espacio de centroizquierda progresista con la Coalición Cívica y hoy termina casi en la derecha de Cambiemos, muy alineada con Macri ¿Por qué crees que se produce ese deslizamiento?

Yo creo que en la Argentina hay una discordancia entre el debate ideológico y el debate de valores. Creo que eso hay que alinearlo y fue un gran aporte del ARI y de la Coalición Cívica a la política argentina. Pero hoy está desalineado, me da la sensación que el problema (que tiene) es cómo alinear un discurso de mucho tiempo, a cosas que sabés que van en contra. A veces se manifiestan en disidencias internas en Cambiemos…pero yo creo que el problema más grande es la pertenencia. Creo que es muy difícil de alinear la defensa de las relaciones medios a fines y valores, con la pertenencia a un espacio que evidentemente el núcleo duro no está cerca de eso. Pero bueno, es una discusión política de hasta dónde, por qué, qué lo justifica y qué no.

Mucha gente nos preguntó en su momento como era que abandonábamos la Coalición Cívica cuando se sumó a Cambiemos y los mismos hoy nos dicen «¡Menos mal!». Creo que Lilita está forzada a sostener posiciones políticas difíciles y por eso surgen frases que van más en el camino de la justificación, que otra cosa.

Si ganás vas a ser intendente de una de las ciudades más importantes de la Argentina dentro de un espacio que lidera el socialismo, que hoy se supone está en diálogo con Lavagna, Lousteau, Stolbizer y algunos radicales… ¿Cómo lo ves, crees que tiene alguna posibilidad?

Creo que hay una mayoría creciente de argentinos que tienen ganas de salir de la opción binaria. Es más, cada vez más gente no se imagina este país gobernado a partir de diciembre ni por Cristina ni por Macri. El gran problema es cómo construir eso no a través de la lógica del mundo del espectáculo y la cartelera de nombres, sino a partir de propuestas más sólidas. Podemos aportar mucho en este caso desde la experiencia del interior, de las construcciones políticas que se dan en Santa Fe y en provincias similares, tanto en el oficialismo como en la oposición. Ojalá contagiemos esa lógica a la política argentina. Si hay tiempo o no… Está claro en el mundo que si hay una mayoría social que busca algo y conectás con eso, se construye muy velozmente. No es como antes, que las construcciones llevaban tanto tiempo.

¿Cómo ves la situación de Lousteau que aparece sobrevolando Cambiemos, pero también la oposición?

Obviamente uno tiene más afinidad generacional con quienes compartimos espacios. Con Martin fui compañero de bloque, comparto afinidad generacional, igual que con Facundo Manes, con gente que hoy está acercándose al mundo de la política… también con muchos dirigentes del socialismo que compartimos el Frente. Y en el radicalismo compartimos la vida. Hay que encontrar una manera de amalgamar eso sin generar un titular todos los días, porque el problema de esto es que pareciera que hay una carrera por instalar nombres. Al contrario de lo que muchos creen, yo pienso que si logramos consolidar primero en las geografías más regionales, el fenómeno se puede dar mucho más rápido de lo que muchos piensan.

¿Crees posible que ese espacio que describís termine confluyendo con Massa y el peronismo no kirchnerista?

Si se plantea como una suma aritmética de dirigentes, no. Pero nosotros tenemos primero un camino que es convencer a la mayoría de santafesinos que nos voten el 16 de junio. En eso, me permito una filosofía «bilardeana». Primero tenemos que consolidar el respaldo en Rosario y en la provincia. En mi caso, el mejor aporte que podemos hacer es demostrar que uno puede ratificar esa idea en el lugar donde le toca. En el medio discutirán los que hoy tienen una mirada nacional.

En el plano provincial, ¿pensas que se esté insinuando una polarización entre Bonfatti y Perotti?

Creo que tanto a nivel provincial como en rosario la polarización se va a dar entre la propuesta del peronismo con la propuesta de nuestro frente. La primaria marcó eso y se repetirá en junio.

La situación es muy grave como para seguir ratificando el camino de buscar una confrontación que en el extremo te haga ganar por muy poco. ¿Estamos consolidando un camino hacia dónde? Crece el desempleo y la inflación y la promesa de que eso está alineado para bien es cada vez más distante de la realidad.

Hace un año Cambiemos había ganado la provincia y Rosario, Marcos Peña decía que en 2019 iban a ganar Santa Fe y 14 provincias más y hoy vemos que salen terceros en varias provincias ¿Qué paso?

Creo que la situación es muy grave. Y es muy grave seguir ratificando el camino de buscar una confrontación que en el extremo te haga ganar por poco, mientras estás gobernando. Creo que ese es el problema que hoy se plantea: ¿Argentina está consolidando el camino hacia dónde? Crece el desempleo, cae la economía, crece la inflación. Eso es muy complicado y hoy la promesa de que eso se está alineando para bien, cada vez tiene más distancia con la realidad.

A mí me gustaría sinceramente que en esta etapa hubiera más humildad. Toman una medida como congelar las tarifas para Buenos Aires y Gran Buenos Aires y nadie se pone colorado de decir: Esto es sólo para esa región. Hay 20 ciudades en la Argentina que tienen transporte público a los cuales se les aumentó el gasoil esta semana. Creo que esa lógica de formular las cosas de manera inteligente comunicacional pero que la realidad no responde, se agota. Mucha gente que confió está decepcionada y eso se agudiza a partir del contraste con la realidad.

Habría que ser muy responsable, todos, pero particularmente el gobierno, para generar un marco más razonable de acuerdo político. No me imagino al próximo presidente que asuma en diciembre de 2019 en una Argentina que no logre algún marco de acuerdo para los próximos 2 o 3 años.

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