La violencia en Charlottesville refleja la nación de Trump

 La violencia en Charlottesville refleja la nación de Trump

La marcha de supremacistas blancos en la Universidad de Virginia representa un agravio a la democracia de EE. UU. y la peor cara de la minoría que apoya al presidente, opina Jefferson Chase.

La Universidad de Virginia (UVA), lugar donde estudié mi doctorado, se vio invadida por el extremismo el pasado viernes. En el mismo lugar donde yo solía sentarme a leer, se apareció una congregación al estilo del Ku Klux Klan, con antorchas en mano y al grito de consignas nazis.

Esta escena ocurrió en el cuadrángulo central de la universidad, con su arquitectura típica del sur de Estados Unidos, al cual denominamos simplemente como «El Cesped”. El edificio que adorna este espacio es la Rotunda, diseñado por el ilustre fundador de la universidad, Thomas Jefferson, quien fue el autor principal de la declaración de independencia de la nación y su tercer presidente.

El «Señor Jefferson”, como aún le llaman los ciudadanos de Charlottesville y los estudiantes de la universidad, era un hombre complejo. Era un dueño de esclavos que consideraba dicha institución como un «mal necesario” y temporal, pero que también fue el autor de la frase «todos los hombres son creados iguales” en el documento de independencia.

Es por eso que me causó nauseas ver la universidad y las ideas de Jefferson pisoteadas por gente que carece de complejidad intelectual y moral. Por unos fanáticos que expresan la agresividad que poseen, que ni ellos mismos saben de donde proviene, por medio del odio hacia las personas que son diferentes.

Jefferson había escrito que «nosotros en Estados Unidos no tenemos un gobierno de mayoría. Tenemos un gobierno de la mayoría que participa”. Pero en EE. UU. estamos viendo algo diferente. Lo ocurrido en Charlottesville el pasado fin de semana es un ejemplo del deseo de la derecha de prevalecer sobre la actual mayoría.

¿Que pudo motivar a un individuo a viajar a una ciudad ajena, a Charlottesville, para defender la democracia por medio de banderas nazis y, en el caso de uno, atropellar con su auto a una multitud que se expresaba en su contra?

La respuesta: la decisión del gobierno regional, de Charlottesville, que fue electo democráticamente, de remover una estatua del general confederado Robert E. Lee. El verdadero mensaje del movimiento Unir a la Derecha no es el «no nos reemplazarán” que ellos proclaman, es: «Queremos reemplazar a la mayoría”.

¿Cómo ha llegado tan bajo Estados Unidos? No se necesita un PhD de UVA o de ninguna otra institución para responder esta pregunta. Ya van siete meses desde que el presidente electo, en contra de la mayoría, ha llevado a cabo un plan de gobierno para un nuevo país, un Estados Unidos menos inteligente y más intolerante, por medio de sus descargas regulares de despreciables tonterías en 140 caracteres.

No nos sorprende que el presidente que tan rápidamente lanza amenazas de «furia y fuego” haya respondido de manera débil a los supremacistas blancos. La maquina de Trump no se atrevería a desafiar a la derecha racista que le dio la ventaja en el colegio electoral. Esto ha empoderado a la estupidez. Y ha logrado que Estados Unidos vuelva a odiar otra vez.

vorläufig Kommentar-Foto Jefferson Chase (privat) Jefferson Chase

Es verdaderamente triste y hasta los mismos conservadores como el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, o el senador Orrin Hatch, han criticado acertadamente la respuesta de Trump, su falla al no condenar explícitamente al extremismo de derecha.

Pero las palabras son una cosa y las acciones son otra. Como Jefferson lo escribió una vez: «Las acciones te definirán y te delinearán”. Queda entonces la pregunta para Ryan, Hatch y el resto de los republicanos del congreso: ¿que acción tomarán en el futuro? ¿Defenderán la tradición democrática de EE. UU. contra todos sus enemigos o seguirán sirviendo a su actual amo?

Jefferson confesó una vez que «si Dios es justo, tiemblo por mi país”. Me fue difícil no invocar esas palabras al observar como la policía permitió que se llevaran a cabo palizas en la sede de una de las universidades más veneradas y un lugar tan importante para mí.

Pero en contraste, pude admirar a los manifestantes, al alcalde de Charlottesville y al gobernador del estado de Virginia, quienes se opusieron firmemente a una marcha que abogaba por la supremacía de su propia raza.

Ya es hora de que todos los que pretenden querer al país sigan ese mismo ejemplo. Porque como están las cosas en este momento, Jefferson tiembla en su tumba.

Jefferson Chase (JCG/FEW)

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