Los Moyano contraatacan: muy asediada, la familia traba la reforma laboral y trata de recuperar su influencia

 Los Moyano contraatacan: muy asediada, la familia traba la reforma laboral y trata de recuperar su influencia
IProfesional.Com || Cuando parecía que el apellido más notorio del mundo sindical diluía su poder, las imprevistas trabas al proyecto oficial fueron un recordatorio sobre qué tan lejos son capaces de llegar para defender sus intereses. Las claves  para el momento actual, un mix de negocios y realineamiento político.

Los Moyano volvieron a demostrar su poder de fuego y a concentrar la atención del poder político.

La movilización al Congreso convocada por Pablo Moyano en contra de la reforma laboral no sólo generó cortocircuitos en la CGT, en medio de su gira por el Vaticano.

También, descolocó al peronismo y complicó los planes del Gobierno, al forzar la suspensión de su tratamiento parlamentario hasta el recambio legislativo del 10 de diciembre.

El senador Miguel Ángel Pichetto fue el encargado de anunciar el impasse, molesto por la actitud del hijo del camionero y ante la «falta de cohesión» en la central obrera.

No obstante, el mayor golpe lo recibió el oficialismo, ya que hasta hace unos días creía que contaba con el apoyo en bloque del sindicalismo peronista, incluido el de Hugo Moyano.

Fuentes del Ministerio de Trabajo reconocieron a iProfesional que «se decidió esperar a la CGT» y ratificaron que «la reforma laboral sigue intacta«.

La movida de los Moyano coincide con las presiones crecientes que enfrenta la familia sindical más poderosa del país en múltiples frentes. 

Desde la victoria electoral de Cambiemos, Hugo Moyano, ex titular de CGT, se siente cada vez más amenazado en su fuente de poder, el gremio de Camioneros, por dos costados.

Uno de ellos es el cambio tecnológico, que elimina empleos. El otro, el plan oficial para reducir los costos de transporte, que contempla un convenio colectivo «flexible».

El cerco se extendió en las últimas semanas a la firma OCA, endeudada en más de $4.000 millones por evasión de impuestos.

Esta empresa, que cuenta con 7.000 camioneros (cuyos sueldos llegaron a depender de la caja que maneja Hugo Moyano), atraviesa un momento más que crítico: mientras el gerente Patricio Farcuh trata de destrabar el concurso de acreedores, el Gobierno amenaza con no renovarle la licencia el próximo 5 de diciembre, si no regulariza su situación fiscal.

«Esta semana vamos a tener novedades sobre el concurso», aseguraron a iProfesional fuentes de la empresa.

El camionero también mira de reojo a la Justicia, ya que olfatea posibles represalias instigadas por la Rosada.

«Sería un orgullo caer en cana con un gobierno tan gorila como este por defender a los trabajadores», desafió Pablo Moyano, secretario gremial de CGT.

Ese fue el destino, por hechos de corrupción, del sindicalista Omar Caballo Suarez, quien acusó al camionero de haber estado detrás de su detención para así ubicar a una agrupación alentada por el moyanismo al frente del gremio marítimo.

Todas esas señales pusieron en alerta a los Moyano y aceleraron una suerte de plan de contención, con el armado de un arco opositor político-sindical-eclesiástico comandado por su hijo Pablo.

Este último es visto en el mundo sindical como el «duro» de la familia política, compuesta por el diputado Facundo (Moyano) y el abogado de la CGT «Huguito» Antonio (Moyano).

Por fuera de este círculo, en un segundo anillo, se ubica el triunviro Juan Carlos Schmid y los gremios aliados, como «palomas de la paz».

El fantasma de La Banelco
Según pudo saber iProfesional, Pablo mantiene su plan de marchar al Congreso junto con la corriente sindical liderada por el bancario Sergio Palazzo y la CTA de Hugo Yasky.

Se plegarían a esta manifestación movimientos sociales kirchneristas y organizaciones allegadas al Papa. Como la del legislador Gustavo Vera, quien facilitó el encuentro entre Francisco y el camionero, con el que «primereó» al resto de la cúpula sindical.

El acercamiento de Moyano al «sindicalismo K» no es bien visto en Azopardo.

Incluso, dentro del moyanismo, hay quienes cuestionan la alianza con Palazzo (cercano a Cristina Kirchner): intuyen que el endurecimiento excede el debate de la reforma laboral.

«Pablo posee un lugar en el Consejo Directivo, pero tiene sus intereses políticos y económicos, muy particulares, no solo de camioneros sino de la familia», señalan fuentes gremiales.

La emergencia de ese espacio ecléctico, con poco peso en el Congreso pero con capacidad de lobby y poder de fuego, bastó para frenar a Pichetto. 

Tanto la bancada que lidera en el Senado como así también Gobierno, están a la espera de un comunicado de la CGT que clarifique su postura.

El PJ busca así despejar el fantasma que alimentó Pablo Moyano días atrás, cuando advirtió que se movilizaría al Parlamento para que no haya «otra Banelco».

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