Los «súper municipios»: cómo el rumbo político del país quedó en manos de cinco distritos bonaerenses clave

 Los «súper municipios»: cómo el rumbo político del país quedó en manos de cinco distritos bonaerenses clave

IProfesional:Com || Pocas veces como en esta elección se puso tan de manifiesto el poder de los intendentes bonaerenses para influir sobre el panorama nacional. Por eso es que tanto Cristina Kirchner como María Eugenia Vidal, con los candidatos de Cambiemos, disputan voto a voto los distritos que inclinan la balanza.

Con más de 12,2 millones de personas habilitadas para sufragar este 13 de agosto, la disputa electoral en la provincia de Buenos Aires es considerada la madre de todas batallas.

No es para menos. Posee casi 10 millones más de votantes que la segunda provincia con más electores, Córdoba. Una curiosidad es que tan sólo 36 de sus 135 municipios condensan el 80% del caudal de sufragios.

En ese reducido y privilegiado grupo de partidos, 16 administraciones corresponden al FpV, 14 a Cambiemos, 3 al Frente Renovador y otras 3 a la UCR.
Y, con la calculadora electoral en la mano, se destacan cinco distritos clave que, combinados, representan la tercera parte de la provincia: La Matanza, General Pueyrredón (cabecera: Mar del Plata), La Plata, Lomas de Zamora y Quilmes.

Los equipos de campaña de los diversos espacios trabajan con la lista de este conjunto relativamente pequeño de partidos porque saben que para imponerse en los próximos comicios, que tendrán su estreno con las PASO el próximo domingo, deberán tener un buen desempeño en estos territorios.

Para muchos, la elección bonaerense puede condicionar el futuro del Gobierno nacional. Una derrota del oficialista Esteban Bullrich a manos de Cristina Kirchner o de Sergio Massa –el primer escenario es reflejado en 12 de 13 encuestas que circularon en los último días- obstaculizaría la “profundización del cambio” que desean desde la Casa Rosada para la segunda etapa de gestión macrista.

En ese tablero de ajedrez, una figura política se erige como protagonista: la de los jefes comunales.

Las estrategias de campaña y el armado electoral que diseñaron tanto Unidad Ciudadana como Cambiemos centraron su despliegue territorial en los intendentes que les responden.

Apostaron a ellos con el objetivo de repetir los resultados que se obtuvieron en octubre de 2015, cuando ambas fuerzas superaron los 30 puntos porcentuales en Buenos Aires.

El caso de Massa -quien encabeza la lista de senadores por 1Pais con Margarita Stolbizer- es diferente, ya que carece del despliegue geográfico de sus competidores.

Los distritos que definen la elección
La Matanza es el principal bastión electoral bonaerense y encabeza la nómina de “los 36”. En las últimas elecciones participaron del escrutinio casi 950.000 personas, lo que implica el 23% de la populosa tercera sección electoral a la que pertenece y en la que Cristina apuesta a hacer la diferencia.

Además, abarca aproximadamente al 10% de los votantes efectivos de la Provincia.

El municipio es administrado por Verónica Magario (FpV) y el referente local es Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense, ex intendente (2005-2015) y actual candidato a diputado nacional por Unidad Ciudadana. Se lo ubicó tercero en la nómina con destino a la Cámara Baja con la intención de traccionar votos en este distrito central.

Para intentar mellar el peso del peronismo y el kirchnerismo, que pisan fuerte en el partido, Cambiemos apostó por Héctor “Toty” Flores, quien vive en Laferrere (partido de La Matanza) y es fundador de la cooperativa Barrio La Juanita.

En el armado de listas, se consensuó posicionarlo como segundo candidato a diputado nacional para intentar tener competitividad en el municipio. Es un hombre vinculado a Elisa Carrió.

No fue azaroso que, en plena campaña rumbo a las PASO, el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal decidieran inaugurar –a mediados de julio- una obra del Metrobús en pleno corazón de La Matanza.

Dos meses antes, habían inaugurado las obras del primer servicio de Metrobus que construyó el Gobierno nacional en la tercera sección electoral.

La obra pública fue uno de los elementos que el Gobierno intentó hacer valer de cara a la campaña para mostrar “gestión”.

El segundo partido en caudal de votos, siguiendo los resultados de  los últimos comicios, fue General Pueyrredón, cuya cabecera es Mar del Plata. Contó con más de 526.800 electores, lo que implica cerca del 47% de la quinta sección electoral.

Según la última encuesta de Analogías en la ciudad balnearia, Cristina se ubica segunda, pero a apenas un punto del candidato oficialista (33,8% a 32,8%).

¿Cuál es la curiosidad? Que las imágenes de los dirigentes de Cambiemos a nivel nacional y provincial distan y mucho respectivamente- de la del jefe comunal. Vidal tiene un 60,9% de imagen positiva y Macri, un 48,2% mientras que el jefe comunal 32,2%.

Esa diferencia explica, entre otras cosas, por qué el Gobierno lleve a hacer campaña a Vidal a Mar del Plata. Ante este panorama, la incógnita es qué prevalecerá en el electorado: ¿la voluntad de acompañar a la gobernadora votando a Bullrich (quien todavía tiene un desenganche importante con la marca Cambiemos) o de no apoyar al intendente?

La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires, fue el tercer partido en el que más ciudadanos se acercaron a votar en octubre de 2015: casi 522.000. Es gobernada por Cambiemos –en el oficialismo la tienen evaluada como una buena gestión y no esperan mayores inconvenientes- pero el FpV se propone reconquistarla. Integra la octava sección electoral.

Lomas de Zamora (tercera sección electoral), gestionada por Martín Insaurralde, figura cuarta en el top 10 de los partidos que mayor caudal electoral tuvieron dos años atrás. Hubo más de 474.700 votos dos años atrás. Allí, el FpV demuestra su fortaleza.

El quinto municipio con mayor población electoral de 2015 fue Quilmes, con 440.834 votantes. Es gobernada por Martiniano Molina (Cambiemos), cuya gestión comenzó con algunos yerros.

El oficialismo aspira a sostener el caudal de votos del escrutinio pasado. Tierra de Aníbal Fernández y Francisco “Barba” Gutiérrez, el peronismo quiere dar pelea.

Ubicada en el sur del conurbano, donde los índices económicos negativos se agudizan, el interrogante es cuánto impactarán los problemas económicos en el humor electoral. La exmandataria concentra su mayor poder de fuego justamente en el sur del Conurbano. No se puede soslayar que es otro de los municipios de la tercera sección electoral.

En total estos cinco municipios condensarían, aproximadamente, el 30% de los votos efectivos de la Provincia -calculando un 75% de participación ciudadana-.

Los otros cinco partidos que conforman el top 10 bonaerense son:

-Almirante Brown, sexta en la nómina por su peso electoral y es administrada por el FpV. Pertenece la tercera sección electoral.

-Lanús, que está bajo la tutela política del macrista y amigo del Presidente, Néstor Grindetti. Cambiemos apuesta sostener lo logrado casi dos años atrás, en octubre de 2015. Figura séptima en la lista de los municipios clave. Anclada en el sur del conurbano, es parte también de la tercera sección electoral.

Merlo (gobernada por FpV) es el octavo partido en importancia electoral de Buenos Aires. El peronismo allí pisa fuerte. Está ubicado en la primera sección electoral.

-Le sigue General San Martín, que posee el PBI municipal industrial más grande de la provincia y es administrada por Gabriel Katopodis.

Dentro de la interna peronista, Katopodis se inclinó por Florencio Randazzo, candidato a senador por Cumplir. Si bien el exministro de Transporte no supera el 10% de intención de voto, Katopodis tiene una imagen muy alta en el municipio que gobierna. Eso no impide que Vidal también mantenga en el mismo distrito una valoración muy buena.

Este fenómeno particular –ninguno de los dos serán candidatos- habrá que ver cómo impacta en la voluntad del votante. Si pesa la visión de lo local o de lo provincial. El municipio conforma también la primera sección electoral.

Moreno cierra el top 10. Es gestionada por Walter Festa, un fervoroso cristinista. Aquí, Cambiemos aspira a doblegar al intendente. También es parte de la primera sección electoral.

Los 26 restantes
¿Cuáles son los partidos restantes de esta selecta lista de municipios clave?

A los diez mencionados se suman otros diez municipios gobernados por el FpV: Avellaneda, Berazategui, Malvinas Argentinas, Florencio Varela, Esteban Echeverría, Hurlingham, Ituzaingó, José C.Paz, Ezeiza y Escobar.

También figuran Tigre, San Fernando y Necochea, conducidas por el Frente Renovador. Y San Isidro, Berisso y Tandil, cuyos jefes comunales pertenecen a la UCR.

La nómina continúa con siete partidos “teñidos de amarillo”: Tres de Febrero, Pilar, Morón, Vicente López, Bahía Blanca, Junín y Olavarría. Y se completa con Azul, aliada del PRO, al igual que San Nicolás y San Miguel cuyo intendente, de licencia, es Joaquín De la Torre, actual ministro de Gobierno bonaerense, otrora massista.

El rol de los intendentes y el espejo del 2015
Los dos partidos que mejor se posicionan en la gran mayoría de las encuestas, Cambiemos y Unidad Ciudadana, tienen una estrategia similar: trabajar “de abajo hacia arriba”. Así lo confirmaron a iProfesional fuentes de ambos partidos.

Mientras que Cristina ató su postulación al apoyo de los intendentes peronistas –condicionó el lanzamiento de su candidatura al consenso de los jefes comunales para respaldarla-, el oficialismo hizo lo propio con los alcaldes que le responden, que no son pocos: 69 de 135.

El macrismo les hizo una propuesta tentadora a los jefes municipales de su signo partidario: les otorgó bastante libertad en el armado de listas a cambio de que se comprometan a garantizar el piso de votos que lograron en octubre de 2015 e incluso superarlo.

Por eso, en Cambiemos son optimistas. Tanto en la gobernación bonaerense como en la Casa Rosada creen que podrían acercarse al 35% de los votos con el que se gana estos comicios de medio término.

Ese dato aún no se vio reflejado en las encuestas que se hicieron públicas, que en su inmensa mayoría dan a la expresidenta primera en intención de voto. Las variaciones, para preocupación del oficialismo, se dan entre el segundo y el tercer puesto, donde pujan Bullrich y Massa.

Ante ese escenario, puertas adentro de Cambiemos revelan que ganar o perder por dos puntos en agosto es algo “tolerable” y no debiera causar un gran impacto político. Pero un triunfo de cualquiera de los candidatos por más de seis puntos en las PASO se descuenta que tendrá una repercusión difícil de mensurar.

En Cambiemos igualmente se muestran confiados y no consideran viable un escenario con Bullrich relegado a un tercer puesto. 

Con el afán de contener los resultados que arrojan los estudios de opinión que circulan por los medios de comunicación, desde Cambiemos recuerdan que en 2015 también “iban de banca” y apostaron al golpe de efecto.

La comparación con la base electoral que lo sostuvo en octubre de 2015 es una constante en Cambiemos. La toman como espejo.

Pero el contexto de las próximas legislativas es otro. La alianza entre el PRO, la CC y la UCR ya es gobierno hace dos años y la recuperación de la economía se sigue haciendo desear.

Cuánto de aquel capital político retuvo, aumentó o perdió Cambiemos será central para entender la definición del 13 de agosto. Resultado que, por cierto, no tendrá ningún impacto concreto en términos duros, ya que casi no hay internas pero que habilitará a una interpretación sobre las relaciones de fuerza y de poder vigentes en la Provincia.

 

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