«11 de mayo: el veredicto que la casta política teme»

«11 de mayo: el veredicto que la casta política teme»

Redacción Perico Noticias // La posible eliminación de las PASO mediante una reforma del Código Electoral está generando un temblor político de proporciones volcánicas. La clave para este movimiento inesperado está en la libertad de acción que podrían tener los legisladores peronistas, quienes, lejos de ser meros espectadores, podrían garantizar los votos necesarios para concretar el giro electoral más significativo de los últimos tiempos. Si esto sucede, no solo se reconfigura el tablero político, sino que también se genera una ola de empatía nacional con la austeridad y el ahorro, dos conceptos que el oficialismo ha sabido vender en tiempos de crisis.

Sin embargo, no todo se trata de una cuestión contable o de marketing político. La desaparición de las PASO expone sin anestesia el estado de fragmentación y decadencia que atraviesa el sistema político argentino. Los gobernadores pierden su escudo electoral y quedan desnudos ante la mirada de una sociedad que espera su oportunidad de expresarse, que ya no tolera la ficción de la política encapsulada en estructuras de poder decadentes y que ve en cada elección su venganza ante un modelo de gestión que ha fallado.

Axel, el adelantamiento y el fin de la interna peronista

Si las PASO quedan en el olvido, Axel Kicillof podría adelantarse en Buenos Aires, una jugada que tiene consenso en la provincia y que responde a una lógica diferente a la que se plantea en Jujuy. En territorio bonaerense, el adelantamiento serviría como escudo protector ante la caída de la economía y la debacle del peronismo nacional, permitiendo una contienda en términos propios. Pero en Jujuy, donde el oficialismo está agotado, burocratizado y plagado de negocios expuestos, un adelantamiento electoral sería un suicidio político en cámara lenta.

Los jujeños están sumidos en la pobreza, desencantados y hastiados de una administración anquilosada en un círculo cerrado de parientes y amigos del poder. No hay margen para la épica ni para la fantasía de un respaldo popular. La desilusión ha tomado el control y el veredicto ya tiene fecha: 11 de mayo, el día en que la política del estado-casta se verá cara a cara con la furia del pueblo.

Carlos Sadir: la imagen de la sencillez ante la tormenta

En este escenario de desgaste y cinismo político, el oficialismo jujeño ha encontrado en la imagen de Carlos Sadir su única tabla de salvación. Sin embargo, aunque hoy se refugian en su sencillez para sortear la tormenta de la organización electoral, Sadir no es de amianto. El fuego político terminará por alcanzarlo, raspando su imagen hasta licuarla.

A medida que avancen los tiempos de campaña, los candidatos provinciales deberán salir a poner la cara, y será entonces cuando la precariedad del modelo quede expuesta. Ya no alcanza con discursos vacíos ni con promesas recicladas. La política oficialista se enfrenta al peor de los escenarios: un pueblo que ya no cree en las palabras y que solo espera el momento de hacer sentir su sentencia en las urnas.

La oposición legítima: ¿su momento ha llegado?

En un contexto donde los ejecutivos provinciales deberán afrontar ajustes inevitables, tanto nacionales como propios, las promesas solo generarán irritación y rechazo. Los que sepan interpretar este malestar con coherencia y convicción serán los que capitalicen el respaldo ciudadano.

Pero todavía falta camino por recorrer. El 11 de mayo será el día del veredicto. Hasta entonces, el tablero político seguirá moviéndose, con alianzas frágiles, con estrategias desesperadas y con una única certeza: el fuego del descontento está ardiendo, y no hay amianto que lo resista.

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