El peronismo jujeño nucleado en Primero Jujuy Avanza puso las cosas en su lugar tras la renuncia de José Luis Espert: lo que viene no es una interna más ni un recambio de boletas; es un plebiscito entre dos modelos. De un lado, el experimento que abandonó a la gente a la intemperie y naturalizó el ajuste como único plan. Del otro, un proyecto que pone a las personas por encima de la macro, al trabajo por encima del relato y al federalismo por encima del marketing.
Un gobierno sin límites, sin control y sin rumbo
El comunicado del frente es inequívoco: los escándalos que cercan a La Libertad Avanza —de Libra a ANDIS, y ahora el supuesto financiamiento narco— no son episodios aislados sino un patrón de conducción. Cuando la reacción oficial ante cada crisis es culpar a terceros o cambiar de candidato, lo que falla no es la coyuntura: falla el sistema operativo del poder.
La renuncia que desnuda el modelo
La salida de Espert no explica la caída: la expone. El oficialismo no pierde por una cara en la boleta, pierde porque carece de plan para frenar la inflación que come salarios, ordenar precios relativos sin destruir demanda y sostener la actividad en las provincias. Intentar resolver con imprenta lo que se generó con improvisación es gestión por pánico. El frente lo dice con todas las letras: “se quedaron sin límites, sin control y sin rumbo”.
Jujuy primero, de verdad
Mientras la Casa Rosada endiosa la macro y el “mercado” como fin en sí mismo, Jujuy paga en caja: comercios que no llegan, PyMEs asfixiadas, obra pública parada, sistemas de salud y educación con presupuestos que no cierran. Primero Jujuy Avanza repone una obviedad que el sentido común agradece: la política debe volver a servir a la gente, no a los intereses de unos pocos ni a la volatilidad de un gráfico.
KPI humanos, no de planilla
El éxito no se mide en un tweet ni en un rebote técnico de bonos: se mide en empleo formal, salarios reales, acceso a medicamentos, aulas abiertas y rutas transitables. Ningún “ancla nominal” reemplaza un programa productivo con trazabilidad: encadenamientos locales, crédito accesible, energía a costo competitivo, ciencia aplicada y logística que conecte a Jujuy con los mercados sin expulsar a su gente. -KPI: Key Performance Indicator (Indicador Clave de Desempeño)-.
Lo que se vota
El 26 de octubre no se vota un slogan:
- Se vota si el ajuste perpetuo sigue siendo el único KPI.
- Se vota si la corrupción y el desorden se aceptan como daños colaterales.
- Se vota si la macro es excusa para desentenderse de la vida real.
- Se vota si Jujuy es sujeto de desarrollo o zona de sacrificio.
El frente lo sintetiza: “Primero Jujuy Avanza es la opción de una política cercana, que ponga a Jujuy y a los jujeños por encima de todo”. No es consigna; es priorización estratégica: asignar capex social donde genera productividad y movilidad ascendente, con foco en jóvenes, PyMEs, economía del conocimiento, agro con valor agregado y turismo inteligente.
Elegir reconstrucción
La renuncia de Espert no es el final de nada: es el síntoma de una administración que perdió el control. El comunicado del peronismo jujeño no se regodea en el tropiezo ajeno; traza un camino. El 26 de octubre elegimos entre la intemperie de un modelo que solo mira planillas y el orden productivo que vuelve a poner a la gente en el centro. Jujuy ya tomó posición. Falta que la boleta confirme el rumbo.