En una noche cargada de emoción, reconocimiento y comunidad, la Cooperativa Telefónica de Perico Ltda. celebró el Día del Locutor con un gesto que trasciende lo ceremonial: tendió un puente simbólico entre la institución y quienes ponen voz y alma a la comunicación local. Fue más que un agasajo. Fue una declaración de principios. Fue un acto de pertenencia.
Desde 1967, esta cooperativa no ha sido solo prestadora de servicios: ha sido faro en las tormentas, motor de soluciones estratégicas, pionera en conectividad cuando hablar de internet era ciencia ficción, y promotora de alfabetización digital mucho antes de que se hablara de brechas tecnológicas. Hoy, en la era del hipertexto y la posverdad, la entidad enfrenta desafíos monumentales, entre ellos su propia sostenibilidad. Pero lo hace de pie, con un Consejo de Administración renovado, consciente de que el verdadero poder nace del vínculo con los asociados y la comunidad.

La presidenta Betty Carmona abrió la jornada con palabras cálidas y sinceras que no dejaron a nadie indiferente. “Este es un reconocimiento a quienes, con su voz, informan, acompañan y construyen ciudadanía”, dijo entre aplausos sentidos. Fue el inicio de una noche donde la emoción tomó el micrófono. Distinciones, menciones y abrazos marcaron un clima de ternura y unidad. No se trató de una elite de comunicadores: la convocatoria fue generosa y transversal, una apuesta por el encuentro en tiempos de fragmentación.
Carlos Torres, un emblema del periodismo local, sintetizó lo vivido con una frase que aún resuena en las paredes de la cooperativa: “Esta noche fue una caricia al alma”. Y no fue solo para él. Cada locutor, periodista, animador y comunicador presente sintió que la institución los abrazaba como propios.

La alianza que nace entre la Cooperativa de Perico y los comunicadores no es un acto menor. En un contexto social complejo, donde las certezas escasean y el tejido social se resiente, el rol de quienes comunican es vital. Y más aún el de las instituciones que sostienen espacios, crean puentes y generan sentido de comunidad.

La cooperativa —hoy en proceso de saneamiento administrativo— se posiciona con esta jornada como un actor con visión estratégica. No se trata solo de cables y redes. Se trata de abrazar lo humano, de cultivar el nosotros. Porque sin cooperativas fuertes, no hay sociedades cohesionadas. Y sin voces con identidad, no hay comunidad que se piense a sí misma.

La celebración del Día del Locutor no solo homenajeó a quienes hablan por los demás. También dejó claro que, en Perico, aún se apuesta por la palabra compartida como herramienta de transformación.