En Monterrico, algo profundo está cambiando. El intendente Luciano Moreira firmó este viernes un convenio que marca un antes y un después en las políticas públicas de bienestar animal. En un acto institucional junto al Ministro de Producción, Juan Carlos Abud Robles, el municipio se convirtió en el primero en adherirse formalmente al programa provincial “Conciencia Animal”, dando inicio a una etapa de castraciones masivas, continuas y gratuitas para perros y gatos.
Este acuerdo, enmarcado en el Decreto Provincial N.º 2836/25, no solo garantiza recursos y logística, sino que ratifica una decisión política de fondo: la tenencia responsable y el control poblacional de animales domésticos ya no es un reclamo postergado, sino una Política de Estado Municipal.
“Estamos entendiendo una nueva escala de valores culturales. Ya no hay margen para mirar hacia otro lado mientras crecen el abandono, los accidentes, los brotes zoonóticos o el sufrimiento evitable. Cuidar a nuestros animales es cuidarnos como comunidad”, señaló el intendente Moreira, visiblemente comprometido.

La falta de políticas públicas sostenidas en esta materia provocó durante décadas un ciclo de reproducción sin control, abandono, y desborde de albergues, protectoras y hogares solidarios. Hoy, ese modelo empieza a revertirse con decisión, planificación y empatía.
Desde hace semanas, la Municipalidad de Monterrico trabajaba en gestiones con las autoridades provinciales para integrarse activamente al programa. El convenio hoy firmado blinda institucionalmente ese compromiso, y asegura no solo el acceso gratuito a las castraciones, sino también el acompañamiento a asociaciones civiles, proteccionistas y voluntarios que históricamente empujaron esta causa desde el llano.
“Este programa es un reconocimiento a su lucha silenciosa. No venimos a reemplazar a nadie. Venimos a multiplicar el esfuerzo, a llegar a cada barrio, a cada rincón donde haya un animal que necesita ser cuidado”, agregó Moreira.
La transformación que impulsa Monterrico no es solo sanitaria ni estética. Es ética, social y cultural. Implica asumir que el bienestar animal también es parte del desarrollo de una ciudad, y que las nuevas generaciones exigen respuestas a problemáticas que ya no pueden ser negadas.
Con este convenio, Monterrico da el primer paso hacia un futuro diferente. Un futuro donde el abandono se combata con educación, donde la sobrepoblación se controle con prevención, y donde el afecto por los animales sea política pública, no solo un gesto individual.
Porque el cambio ya comenzó. Y esta vez, no hay marcha atrás.