Silencio incómodo: la UCR de Jujuy repudia a Lamelas, pero Morales y Sadir miran para otro lado

Silencio incómodo: la UCR de Jujuy repudia a Lamelas, pero Morales y Sadir miran para otro lado

En un contexto geopolítico tenso y con la embajada de Estados Unidos en el centro de la escena, la Unión Cívica Radical de Jujuy emitió, a través de su bloque legislativo, un fuerte comunicado repudiando las declaraciones del designado embajador Peter Lamelas, al que acusaron de «intromisión inaceptable» y «avasallamiento a la soberanía nacional». Sin embargo, el contundente pronunciamiento no encontró eco en la cúspide política del oficialismo jujeño: el gobernador Carlos Sadir no dijo una palabra, y su mentor, el expresidente del radicalismo nacional Gerardo Morales, guardó un silencio aún más estruendoso.

La paradoja se vuelve evidente: mientras los legisladores del Frente Cambia Jujuy (dominados por la UCR) recuperan el discurso anticolonialista y exigen «respeto a la autodeterminación de los pueblos», sus máximos referentes institucionales adoptan una prudente –¿o cómplice?– actitud de bajo perfil. La contradicción abre un profundo debate sobre la coherencia del oficialismo provincial y la verdadera capacidad de la UCR para sostener una posición soberana frente al avance de los intereses externos.


Morales calla, Sadir duda: la grieta interna que no se dice

La omisión del gobernador Sadir no es un mero accidente. En una coyuntura donde los gobernadores –tanto del peronismo como del radicalismo– deben decidir si reciben o no al nuevo embajador de un país que pretende condicionar políticas locales, su silencio puede leerse como una estrategia. Recibir a Lamelas implicaría traicionar la resolución de su propio bloque legislativo; no hacerlo, tensaría la relación con la embajada más poderosa del mundo. Por ahora, opta por la indefinición.

Gerardo Morales, por su parte, está ausente en este debate. Aquel que supo erigirse como líder de la UCR nacional y vocero crítico de las políticas exteriores del kirchnerismo, hoy prefiere evitar cualquier roce que lo confronte con la embajada norteamericana. ¿Se trata de una señal de pragmatismo, de sumisión o de cálculo político en el ajedrez interno del radicalismo?


Entre el antiimperialismo discursivo y el realismo político

Lo que aflora en esta encrucijada es un conflicto no resuelto en el corazón del radicalismo jujeño: su identidad. ¿Es la UCR un partido dispuesto a sostener principios soberanistas más allá de las conveniencias diplomáticas? ¿O es, como sugieren sus silencios estratégicos, una fuerza política subordinada a los vaivenes de las relaciones exteriores impuestas desde Buenos Aires y desde Washington?

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El comunicado del bloque Cambia Jujuy representa una posición clara, pero sin respaldo ejecutivo pierde densidad. En ese vacío, se cuelan las sospechas de doble discurso y los rumores de que Lamelas será recibido discretamente, al igual que ocurrió con otros enviados internacionales que vinieron a monitorear, más que a dialogar.


¿Federalismo de papel? Una pulseada que define poder real

El texto firmado por los legisladores radicales reafirma el «compromiso con el federalismo», pero las dudas sobre el cumplimiento de esa postura son legítimas. Si Lamelas llegara a Jujuy y fuera recibido oficialmente por Sadir o algún ministro, el mensaje sería demoledor: la institucionalidad jujeña dice una cosa en los papeles y hace otra en la práctica.

Sería, además, un tiro en el pie para un radicalismo que intenta diferenciarse de los alineamientos automáticos del gobierno de Javier Milei con Estados Unidos e Israel, sin romper del todo con ellos. Jujuy se convertiría en el escenario donde se representa esa ambigüedad sin resolución.


¿Una oportunidad para recuperar liderazgo o una nueva claudicación?

La crisis actual podría haber sido una oportunidad de oro para que Morales y Sadir retomen protagonismo nacional como referentes de un federalismo activo y una diplomacia con dignidad. Sin embargo, la falta de definiciones sugiere que han optado por el viejo recurso del “dejar pasar”, esperando que el escándalo se diluya entre titulares y gestos formales.

Pero este juego tiene consecuencias. La base radical observa, los aliados evalúan, y la ciudadanía jujeña, empobrecida y castigada por políticas económicas importadas, empieza a exigir gestos claros, no comunicados tibios.


Un debate que recién comienza

Lo sucedido con Lamelas no es un episodio aislado. Es una alarma que revela el límite de las declaraciones institucionales sin poder de fuego. En una provincia donde se habla mucho de soberanía pero se ejecutan políticas de sumisión económica, ¿qué valor tiene un comunicado anticolonialista? ¿Qué hará el gobierno jujeño cuando deba elegir entre sus votantes y los emisarios del Norte?

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La pelota está en el campo de Sadir y Morales. Cada minuto que callan es un mensaje. Y cada gesto que postergan es una oportunidad perdida para que Jujuy vuelva a hablar con voz propia.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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