“Morales irrumpe: nadie lo impidió, nadie lo igualó”

“Morales irrumpe: nadie lo impidió, nadie lo igualó”

Perico Noticias – El regreso que nadie pudo evitar

Como en las viejas tragedias clásicas, donde el héroe vuelve a escena no por voluntad sino por destino, Gerardo Morales ha vuelto al ruedo político nacional, arremetiendo desde un nuevo nudo central «Las Provincias Unidas» desde un Jujuy sin oposición interna real. No regresó por nostalgia ni por revancha, sino porque nadie ocupó su lugar. En Jujuy, el silencio de las nuevas generaciones políticas no fue por falta de micrófono, sino de voz. Si no surgió otro liderazgo fue porque no hubo quien estuviera a la altura. Y como diría un pro Morales, “si no la tienen, es por su propia chatura”.

La conformación del flamante frente “Provincias Unidas”, integrado por gobernadores de cinco provincias cardinales —Santa Cruz, Córdoba, Santa Fe, Jujuy y Chubut—, le ofrece la plataforma discursiva que más se alinea con su identidad política histórica: la moderación combativa, el federalismo activo, la república productiva. No hay aquí ni antikirchnerismo infantil ni libertarismo anárquico, sino una alternativa concreta al péndulo destructivo que polarizó al país entre la furia sin ideas y la nostalgia sin respuestas.

Morales vuelve con un plan y con una advertencia. No hay victoria posible para el interior profundo si no se construye poder desde el Congreso Nacional. Como ha entendido desde su primera lucha en la UCR, la política no se gana solo con aplausos provinciales. Se necesita articulación institucional, agenda productiva y representación territorial seria, no la histeria tuitera de las derechas ni el automatismo retórico del peronismo diluido.

En ese escenario —donde Javier Milei aún conserva capital simbólico en Jujuy pero carece de referentes estructurales—, la irrupción de Morales marca el límite de la caricatura. Su presencia encarna una advertencia para La Libertad Avanza: en tierra donde no hay representantes sólidos, el voto anticasta puede ser también un salto al vacío. Pero a la vez es un llamado a la clase política: el pueblo no se moviliza por estructuras elefantiásicas, sino por convicciones renovadas.

  LyDER reafirma su compromiso con la libertad, la estabilidad y el desarrollo de Jujuy

El riesgo para Morales es convertirse en la última versión de sí mismo, encerrado en una maquinaria que ya no despierta entusiasmo. Pero su jugada tiene lógica de ajedrez, no de truco: mientras los libertarios hacen campaña en memes y los peronistas se repiten como una mala serie, el jujeño se posiciona como operador silencioso del nuevo centro territorial, con una épica federal que podría transformarse en puente entre extremos.

La jugada es titánica. La UCR —a la que Morales aún representa, aunque ahora en clave plebeya— está en riesgo de volverse un recuerdo borroso. Su única salida es la reinvención en clave federal, populista de centro y con capacidad de concertación real. El nuevo frente de gobernadores podría ser el primer paso hacia una nueva arquitectura institucional para Argentina, sin los dogmas porteños ni las fórmulas mágicas.

Morales sabe que este no es un regreso de gala. Es su última cruzada o el renacimiento del centro político nacional. De su audacia —y de la torpeza de sus rivales— dependerá si termina como un recuerdo venerable o como el arquitecto de una alternativa histórica al colapso pendular.
Por ahora, nadie lo impidió, nadie lo igualó.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *