En un contexto socioeconómico implacable, donde cada día pesa sobre las espaldas de la gente, Monterrico se ha convertido en un caso testigo de lo que ocurre cuando el trabajo municipal no es una oficina, sino un compromiso de sol a sol. La reciente visita del gobernador Carlos Sadir al intendente Luciano Moreira volvió a sellar una alianza firme que, en apenas un año y medio, logró más que en dos décadas de promesas dispersas. Aquí no se habla de discursos: se habla de resultados visibles, tangibles y cotidianos.

El barrio San Expedito, en La Ovejería, es hoy un símbolo de ese nuevo tiempo. Dos manzanas de cordón cuneta y moderna iluminación LED fueron inauguradas con el aporte conjunto del municipio y los propios vecinos. No es un detalle menor: en Monterrico se ha recuperado el valor de la palabra “participar” como herramienta de transformación. Días antes, el gobernador había enviado las lámparas LED para reforzar la obra y sumó un enripiado compactado que cambió la transitabilidad de la zona. Lo que antes era barro y penumbra hoy es calle firme y luz segura.
La emoción alcanzó su punto más alto cuando Sadir anunció lo que muchos esperaban desde hace años: la extensión de la red de agua y luz para el barrio. Una noticia que explotó en aplausos, lágrimas y abrazos, porque en estos tiempos la infraestructura básica es sinónimo de dignidad. El intendente Moreira, con la voz quebrada por la gratitud, enumeró el respaldo provincial recibido: rutas nuevas, iluminación, ambulancia, enripiados y programas que llegan a cada rincón, todo en apenas 18 meses de gestión.

En el acto, los vecinos que firmaron los convenios para hacer realidad la obra fueron homenajeados con placas entregadas por el gobernador y el intendente. Fue un gesto sencillo pero cargado de simbolismo: reconocer que la ciudad se construye entre todos, que la política tiene sentido cuando escucha, planifica y ejecuta.
Monterrico no se queda en lo hecho. Ya se habla de nuevas obras, de oportunidades para los jóvenes, de una ciudad integrada y protagonista en el mapa productivo y social de Jujuy. En tiempos de crisis nacional, esta localidad tabacalera demuestra que la gestión, cuando es real y cercana, puede aliviar la incertidumbre y devolver la esperanza.
Acompañaron el acto vecinos del barrio, el diputado provincial Federico Manente, la concejal Macarena Anachuri y funcionarios locales. Todos fueron testigos de que en Monterrico se trabaja de lunes a lunes, sin pausa y sin excusas, porque aquí se ha decidido que el futuro no puede esperar.