En una noche que quedará grabada en la memoria colectiva de Monterico, el intendente Luciano Moreira consiguió algo que pocos dirigentes logran en tiempos de crisis: el consenso absoluto de los vecinos para emprender, juntos, un plan de obras bajo el principio de esfuerzo compartido.
En una reunión realizada anoche, los vecinos y el jefe comunal sellaron un compromiso basado en reciprocidad, confianza y responsabilidad fiscal. El acuerdo no quedó en palabras: esta misma mañana se iniciaron las tareas de construcción de cordón cuneta en la manzana 52 del barrio San Expedito, un símbolo tangible de que la voluntad colectiva puede transformarse en acción inmediata.

La iniciativa rompe con una inercia histórica. Durante años, el descreimiento hacia la clase política llevó a que muchos vecinos se desvincularan de sus obligaciones fiscales, cansados de promesas incumplidas. Pero el “vendaval de acciones” de Moreira —marcado por la transparencia, la cercanía y resultados visibles— ha logrado revertir esa apatía, reinstalando la idea de que el municipio es un socio y no un mero recaudador.
El intendente no ahorró palabras para reconocer el gesto ciudadano: “Esto demuestra que en Monterico entendimos que no hay un ‘nosotros’ sin los otros. La confianza, la solidaridad y la transparencia son el cimiento de una transformación que ya está en marcha”.

Los vecinos, por su parte, agradecieron la posibilidad de participar directamente en las mejoras de su barrio, invirtiendo recursos propios con la certeza de que serán bien administrados. El clima de cooperación apunta más allá de lo inmediato: se habla de proyectar acciones conjuntas en infraestructura, servicios, turismo, deportes y cultura, apuntando a posicionar a Monterico como referencia provincial en gestión participativa.
Este pacto, insólito en la idiosincrasia fiscal de la región, podría convertirse en un modelo replicable en otras localidades jujeñas, demostrando que el esfuerzo colectivo es, quizás, el camino más sólido para alcanzar la transformación comunitaria, pero hay que ser un auténtico servidor para merecer la confianza de los vecinos y Moreira lo es.