Monterrico vibra con Luciano Moreira: la política como servicio vuelve a enamorar

En tiempos donde la política se ha visto golpeada por la desconfianza y el desencanto, en Monterrico está ocurriendo algo diferente. El intendente Luciano Moreira ha logrado quebrar ese sesgo negativo y reconstruir, desde la cercanía, el vínculo entre ciudadanía y gestión. No es casual: lo hace con una mirada clara de servicio, bajo la premisa de que gobernar es estar al lado de la gente, escuchar, resolver y avanzar.

La prueba de ello se vivió en la Exposición de Chozas por el Éxodo Jujeño, donde Moreira, en plena recorrida, recibió un gesto inesperado: adolescentes de la ciudad comenzaron a corear su apellido, de manera espontánea, como muestra de afecto y reconocimiento. Sorprendido, el jefe comunal solo atinó a levantar las manos, sonreír y decir con sencillez: “me llevo sus palabras para mi recuerdo”.

El episodio refleja algo más que un instante emotivo. Habla de un municipio que acompaña y no condiciona, que resguarda en lugar de interpelar, y que se ha convertido en un aliado cotidiano de los vecinos. El cariño juvenil no surge por casualidad: es la consecuencia de una gestión 24/7, que se involucra tanto en la organización de las celebraciones populares como en la atención de las necesidades de la comunidad.

En los últimos días, Moreira también fue testigo del afecto de los niños en distintos barrios, durante los festejos por el Día del Niño organizados por la Municipalidad. Y, de manera paralela, se consolida una agenda sostenida de políticas para los adultos mayores, otro sector históricamente postergado que hoy encuentra contención.

Monterrico está experimentando una ola de transformaciones que revalida la política territorial como herramienta de cambio y construcción colectiva. Lo que sucede en las calles, en las fiestas populares y en las plazas es la constatación de que la confianza, cuando se la cuida con hechos, vuelve.

Luciano Moreira no solo gestiona: inspira. Y ese es, sin dudas, el nuevo signo de los tiempos en la ciudad tabacalera.