En Palpalá, donde el peronismo jujeño se encontró consigo mismo, nació una señal inequívoca: Jujuy eligió romper con el centralismo y apostar a la autonomía real. Ya no hay espacio para el dedo porteño ni para imposiciones ajenas a nuestra tierra. El Frente Primero Jujuy Avanza surgió de la rebeldía jujeña y de un consenso que honra la democracia interna: un candidato elegido por los propios jujeños, no por las cúpulas.
Ese candidato es Pedro Pascuttini, un hombre que no proviene de los pasillos de la política profesional, sino del sector privado, donde la palabra se respeta y el trabajo se honra. Su aparición no es un capricho, es la consecuencia de un pueblo que exige honestidad, carácter y capacidad para defender lo que es nuestro.
Mientras algunos sectores quedaron atrapados en los ecos huecos de una conducción nacional debilitada, Pascuttini representa el peronismo auténtico, el que trabaja, el que produce, el que abraza a su pueblo. No habla de grietas ni de confrontaciones vacías: habla de puentes de unión, de humanidad, de acompañar al otro y de recuperar la centralidad de la familia y del trabajo como garantía de dignidad para cada jujeño.
El encuentro en Palpalá no fue un acto más: fue la confirmación de que la militancia, hombres y mujeres curtidos en mil batallas, reconocen en Pascuttini a un líder diferente. Un hombre que se plantó frente a grupos económicos concentrados, que defendió en Buenos Aires la producción jujeña y regional, y que demostró que la experiencia privada puede convertirse en un activo público incalculable.
Su mensaje es simple y contundente: trabajo, trabajo y más trabajo. Porque la libertad sin empleo es utopía, y la soberanía sin producción es un espejismo. Pascuttini sabe que Jujuy no puede depender de las migajas del centralismo, y por eso impulsa una agenda de desarrollo sostenible, de reparación histórica y de autonomía política real.
Este tren ya partió, y lo hace con generosidad: hay lugar para todos los espacios, para cada jujeño y jujeña que sueñe con un futuro distinto. Pascuttini no cierra puertas, las abre de par en par. Y en cada localidad que recorra, en cada encuentro con el pueblo, ratificará que este proyecto va más allá de octubre: es un proyecto de vida, de esperanza y de grandeza para Jujuy.
Porque Jujuy ya decidió. Decidió levantarse, trabajar y dignificarse con un hombre de carácter, de honestidad y de coraje.
Decidió hacerlo con Pedro Pascuttini.