La traición a la palabra política
Hace apenas unos días, la cúpula de Jujuy Crece se reunió en Perico. El líder político del espacio fue categórico: “El enemigo es Milei”. Ordenó empatía con los jubilados castigados por la inflación, con las universidades en riesgo, con los enfermos que no acceden a medicamentos y con los trabajadores cuyos sueldos no alcanzan.
Pero apenas se retiró la conducción provincial, las líneas locales —intendente y concejales— habrían retomado sus propias maniobras, esta vez vinculadas a un centro comercial cuestionado desde su origen.
El audio que indigna al pueblo
En un audio presentado a la justicia penal, los concejales habrían reconocido recibir 45.000 dólares cada uno, además de sumas adicionales destinadas al intendente. De confirmarse, se trata de una admisión directa de coimas que, según el principio jurídico de “a confesión de parte, relevo de pruebas”, abriría la puerta a procesamientos inmediatos.
Lo que debía ser un proyecto de desarrollo se revela como un entramado de corrupción que desnuda la fragilidad institucional de Perico.
Consecuencias provinciales y nacionales
El gobernador Carlos Sadir, que exige a Javier Milei templanza, diálogo y recursos, hoy aparece debilitado por el escándalo en sus propias filas. El sueño de presentar a Jujuy Crece como un proyecto moralmente distinto queda herido: la contradicción es brutal.
En lugar de empatía con los sectores castigados por la crisis nacional, en Perico se muestra un desprecio por la transparencia y la ética pública. La credibilidad se desmorona y la herida política es profunda.
El final tanguero
El movimiento que debía representar la dignidad jujeña, hoy, se tambalea en el barro de la corrupción. Como en el tango inmortal, la metáfora es inevitable: “En el mismo lodo todos revolcaos”.
De cara al 26 de octubre, Jujuy Crece no aparece fortalecido ni como alternativa, sino como un proyecto herido de muerte, hundido en su propia contradicción.