En tiempos en que muchas ciudades se paralizan por la falta de recursos y la desconfianza hacia la política, Monterrico muestra otro camino. El municipio tabacalero sigue concretando obras que mejoran la calidad de vida de los vecinos, y lo hace bajo una premisa clara: la confianza mutua entre gestión y comunidad.
El intendente Luciano Moreira destacó que “junto con los vecinos hemos terminado el cordón cuneta de la manzana 52 en el barrio San Expedito. Con esta manzana ya son tres las intervenidas en menos de 90 días”. No es un hecho aislado: se trata de un nuevo logro del programa municipal “Juntos Podemos”, una iniciativa que articula la gestión público-privada, demostrando que cuando hay transparencia y compromiso, el esfuerzo conjunto rinde frutos concretos.

La confianza, como condición esencial, se ha convertido en el motor de esta experiencia. Los vecinos de Monterrico, incluso en el contexto de la crisis más severa de las últimas tres décadas, firmaron compromisos por escrito con el municipio, ratificando un pacto social y político que trasciende banderas y sectores. Esa convicción permitió sostener el desarrollo y priorizar el bien común, por encima de los intereses particulares.

El barrio San Expedito es el mejor ejemplo: juegos infantiles, alarma comunitaria, iluminación LED, un programa de limpieza permanente y la recuperación de espacios públicos son parte de los avances visibles. La gestión municipal ha impuesto una bandera empática y transversal, logrando que la ciudad esté por encima de facciones políticas o disputas sectoriales.
En Monterrico, los resultados hablan por sí mismos: cuando la política se ejerce con esfuerzo 24/7, transparencia y cercanía, la comunidad responde con confianza y compromiso. Allí radica la clave del presente y del futuro de la ciudad.