“Se consolida el uso de tarjetas y morosidad: el fracaso real del modelo Milei”

“Se consolida el uso de tarjetas y morosidad: el fracaso real del modelo Milei”

El modelo económico que Javier Milei prometió como tabla de salvación empieza a desmoronarse frente a ojos expectantes: lo que hoy se consolida es el uso de tarjetas de crédito, el endeudamiento familiar y niveles crecientes de morosidad, mientras el consumo real se desploma. Lejos de la épica libertaria, su gestión está gestando una crisis social tangible que su propio electorado empieza a repudiar.

Los números no mienten. En octubre las ventas en los supermercados registraron una caída interanual del 17,8 % y una baja mensual del 1,7 %. En el mismo período, los mayoristas cayeron más de 20 %. Esa depresión del consumo no es casual: proviene de una aguda licuación del poder adquisitivo y del ajuste estructural que penaliza fuertemente a los sectores medios y bajos. En junio, aunque los supermercados mostraron una leve suba mensual de 0,2 %, los mayoristas retrocedieron 0,8 % y los shoppings cayeron 4,5 %. Esto indica que los consumidores recortan lo prescindible y recurren cada vez más al crédito.

En este escenario, muchas familias ya no pagan con efectivo: pagan con “créditos”, tarjetas, cuotas, plásticos. El costo financiero creciente los arrastra a la morosidad. Y cuando eso ocurre, caen en la trampa de intereses y penalidades impagables. Las microeconomías —la verdulería, el almacén, el comercio del barrio— sienten el golpe directo mientras las grandes cadenas esconden la caída comparándose con meses catastróficos del año anterior.

El uso de tarjetas no es un triunfo del consumo moderno: es el síntoma de un país que compra porque no le queda otra. La morosidad no es un dato más: es la confesión colectiva de que el bolsillo está vacío. Quienes defendieron el modelo liberal ahora se ven atrapados en su propia trampa: apoyaban recortes, apertura y desregulación, hoy deben enfrentar que esos recortes dejan sin sostén a millones.

  No se trata de elecciones en Octubre, es un plebiscito: “Peronismo o Estados Unidos”

El derrumbe no solo es económico: es político y moral. Cada factura impaga, cada tarjeta embargada, cada cuota incumplida representa una derrota del relato. El modelo que prometía autonomía, crecimiento y libertad hoy hospeda dependencia financiera y fragilidad social.

El fracaso de Milei se consolida cuando el pueblo ya no cree en el “choque de capitalismo limpio”: siente el choque del ajuste impuro. Y no habrá marketing que lo disimule. Las elecciones venideras no decidirán solo diputados: juzgarán si la política puede seguir viviendo de promesas imposibles o debe volver al terreno duro de la realidad social.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *