Dos liderazgos, un mismo pulso peronista
El mapa político argentino parece dibujar un espejo inesperado: desde el Conurbano bonaerense hasta la Puna jujeña, Axel Kicillof y Pedro Pascuttini reflejan un mismo fenómeno. Ambos, con estilos y trayectorias distintas, convergen en un peronismo que busca recuperar su esencia, aggiornada al siglo XXI. El gobernador bonaerense lo hace desde la gestión pública, garantizando industria, educación y justicia social; Pascuttini lo hace desde la experiencia privada, demostrando que la administración productiva también puede construir comunidad y esperanza.
Un peronismo renovado y transversal
El Frente Primero Jujuy Avanza encarna esa lógica: la unidad no como consigna vacía, sino como praxis política. Pascuttini, gestor del sector tabacalero y voz emergente en la política jujeña, comparte con Kicillof la convicción de que el trabajo es el ordenador social y la industria la garantía de soberanía. En ambos casos, se defiende la educación pública, se prioriza a la familia y se protege a jubilados y trabajadores frente a un contexto global que empuja al ajuste.
Rechazo a la dependencia financiera
En declaraciones recientes, Pedro Pascuttini fue categórico: “No podemos vivir del endeudamiento constante con el FMI ni con el Tesoro de los Estados Unidos, que actúan como injerencistas sobre las decisiones soberanas de nuestro país”. Sus palabras se insertan en una línea histórica del peronismo que rechaza la tutela extranjera y apuesta por un modelo de desarrollo nacional con inclusión. Este posicionamiento lo coloca en clara sintonía con la corriente política que Kicillof representa en Buenos Aires: la defensa de un Estado presente, pero también de una economía independiente.
El pulso de la esperanza
La restitución de la política al servicio de la gente es el común denominador. Kicillof en Buenos Aires y Pascuttini en Jujuy han sabido reunir al peronismo, tender puentes con diversos sectores y proyectar días más felices. Esa transversalidad, que combina valores históricos con nuevas demandas sociales, los convierte en referentes de un cambio profundo: uno que no se subordina a intereses foráneos, sino que pone en el centro al pueblo trabajador.
La síntesis de un país posible
“Del Conurbano a la Puna” ya no es solo un título evocador: es la señal de que la Argentina tiene cuadros capaces de enfrentar los desafíos actuales con firmeza y convicción. Frente a la improvisación y la entrega, se abre paso una nueva generación de líderes peronistas que, desde territorios distintos, levantan la misma bandera: industria nacional, trabajo digno y soberanía política.