Jujuy, se encamina a un ajuste histórico: se acabó la timba, empieza la realidad

Jujuy, se encamina a un ajuste histórico: se acabó la timba, empieza la realidad

El tarifazo en curso y el sobreendeudamiento de los hogares obligarán al Gobierno de Jujuy a achicar un Estado elefantiásico. Se esfuma el “superávit” de vidriera y asoma una crisis administrativa y social que pondrá a los intendentes en la primera línea de fuego.

El golpe combinado de tarifas más caras, salarios rezagados y crédito familiar exhausto va a desplazar el eje de la tormenta hacia las provincias. En Jujuy, donde el relato del superávit convivió con sueldos por debajo de la línea de pobreza, la contabilidad ya no cerrará con contabilidad creativa ni renta financiera.

Lo que viene es simple: Nación recortará en seco. Con menos transferencias y subsidios, el superávit “de exposición” se evaporará. Se terminó la rimba financiera: ya no alcanza con estacionar liquidez; habrá que gestionar.

Eso exige podar un aparato público hipertrofiado y revisar promesas laborales que hoy son imposibles de honrar sin romper la caja o licuar salarios. La decisión es política, pero el margen es contable: no hay colchón para sostener estructuras que no agregan valor.

Las Sociedades del Estado y entes descentralizados deberán pasar del PowerPoint a los resultados. Producir, vender, exportar o cerrar. Sin tableros de gestión, objetivos cuantificables y gobernanza profesional, el “Estado empresario” seguirá siendo un sumidero de recursos que ya no existen.

En paralelo, los municipios serán la última milla de contención social. Los intendentes están cara a cara con vecinos endeudados y comedores desbordados. Sin una Ley de Coparticipación provincial moderna —nunca debatida, mucho menos aplicada— la discrecionalidad seguirá asfixiando a las comunas. Jujuy es hoy la única provincia que mantiene a sus municipios colgados de la voluntad del Ejecutivo: una anomalía que, con menos plata, se volverá explosiva.

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El NOA sufrirá como pocas regiones: energía y transporte más caros, recesión del comercio y PyMEs sin capital de trabajo. Si la Provincia no desarma privilegios, ordena prioridades y protege la demanda local, el cierre de persianas será más veloz que cualquier plan de marketing oficial.

No hay margen para improvisar. El camino responsable es un programa de emergencia con cuatro ejes: (1) desendeudamiento familiar regulado y tope a punitorios; (2) piso social: alimentos, salud y escuela garantizados; (3) federalismo real: coparticipación automática y criterios objetivos de reparto; (4) reconversión del Estado: auditoría de Sociedades, metas trimestrales y cierre/venta de las que no produzcan.

La política local debe elegir: sostener el espejismo o profesionalizar la gestión. Con el ajuste nacional encima, seguir administrando pobreza y discrecionalidad no solo es inmoral; es inviable. El tiempo de la timba terminó. Empieza el de hacer producir Jujuy.

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