2027: duelo final en Jujuy — La Libertad Avanza vs. un peronismo renovado

2027: duelo final en Jujuy — La Libertad Avanza vs. un peronismo renovado

El mapa quedó claro. En Jujuy, como en la Nación, el horizonte político se ordenó en dos polos: La Libertad Avanza y el peronismo. Todo lo demás —armados bisagra, sellos “vecinales” de coyuntura, coaliciones anfibias— pasa a ser escenografía. La elección marcó un clivaje generacional y social que no se desarmará con comunicados: o shock libertario o reconstrucción peronista. Punto.

El oficialismo radical vive su ocaso. El ciclo de Gerardo Morales se apaga no por la retórica de sus opositores, sino por la verificación de su límite: administrar escasez con marketing. La banca de Zigarán en el Congreso —en términos de poder real— no mueve el amperímetro. Milei dejó de necesitar la muleta de Provincias Unidas, aquella “tercera posición” que murió antes de nacer: sin votos, sin épica y sin proyecto.

Cristina Kirchner, pragmática, lo dijo sin eufemismos: Trump no va a dejar caer a Milei. Lo que ayer fue injerencia es hoy condicionamiento explícito —financiero y geopolítico— que pesó sobre un electorado endeudado y asustado. Guste o no, esa pinza explica parte del resultado. Pero 2027 no será un plebiscito sobre Washington, sino sobre la capacidad local de proponer un camino propio.

Sumemos un dato incómodo: el propio Trump terminó “instalando” a Axel Kicillof como la antípoda de Milei. La secuencia de injerencias, gestos y alineamientos externos encuadró al gobernador bonaerense como el único liderazgo capaz de encarnar un proyecto nacional soberano y productivo frente al experimento libertario tutelado desde Washington. En la narrativa pública global, Milei pasó a ser el “candidato de Wall Street” y Kicillof, el “contrapeso peronista” con gestión, territorio y resultados. Esa dicotomía, amplificada por la prensa internacional, ordena también el tablero jujeño rumbo a 2027.

Ahí aparece el otro polo. El peronismo jujeño no tiene alternativa: o se unifica de una vez —con caras nuevas, ideas frescas y doctrina adaptada a la cultura digital— o se resigna a la testimonial. La buena noticia para el PJ y el FPJA es que conserva músculo territorial a pesar de estar fuera del poder provincial desde 2015: algunas intendencias vivas, sindicatos, cooperativas, movimientos sociales, pymes, ferias y clubes. Esa capilaridad, bien orientada, compite.

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La juventud es el nuevo árbitro. Los 16–35 ya no se informan por los viejos canales, miden su vida en dólares, emprenden desde el teléfono y exigen resultados semanales. A ese mundo La Libertad Avanza le habla con un diccionario simple: anti-casta, baja de impuestos, libertad individual. El peronismo solo vuelve a ser opción si traduce su historicismo en beneficios concretos: propuestas de desendeudamiento familiar, empleo tech-productivo, trámites instantaneos, microcrédito, conectividad, activos digitales y seguridad local.

Fuerza Patria logró instalar el discurso de soberanía económica y un modelo diferente con militancia real, el Frente Primero Jujuy Avanza épica de la nostalgia logró conmover y competir, pero no alcanza: unidos necesitan protocolos de gestión que enamoren al que no milita, el partido justicialista no es necesario, un frente programtico sí -la unidad el destino-. Manual de 2027: menos liturgia, más MVP (producto mínimo viable) de políticas públicas verificables; menos acto, más app; menos recuerdos, más iniciativas innovadoras. El peronismo renovado no compite con épica sola; compite con soluciones medibles.

El derrumbe de Jujuy Crece/Provincia Unidas es estructural. Su participación rumbo a 2027 será testimonial y la UCR —única célula vital de ese sello— corre el riesgo de apenas superar el 1%, como ya vimos a escala nacional ayer. Ese electorado huérfano migrará en dos direcciones: libertarios por bronca y peronismo-unidad por expectativa productiva. Quien organice primero ese trasvase, se queda con la provincia.

¿Qué puede ofrecer cada polo? Los libertarios llegan con viento de cola simbólico: “ordenar con motosierra” frente al hartazgo. Su debilidad será la vida real: tarifas, desempleo, inflación, seguridad. El peronismo debe responder con un contrato productivo: valor agregado agroindustrial, corredor bioceánico, zona franca viva, litio con proveedores locales, bancos de desarrollo municipales, y una ley de alivio para tarjetas y pymes. Y, sobre todo, liderazgos nuevos que no pidan permiso a las viejas tribus.

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En síntesis: 2027 será el duelo final. Milei ya tiene garantizado un piso alto y estructura nacionalizada de militancia espontánea. El peronismo jujeño solo es competitivo si aparece junto y distinto. Si lo logra, absorberá los restos de Jujuy Crece y pondrá en jaque al favoritismo violeta. Si no, asistiremos a un cambio de hegemonía que durará más de un período. La pregunta ya no es “quién grita más”, sino quién gobierna mejor.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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