“Monotributo bajo fuego: Milei dinamita a los cuentapropistas y deja a Jujuy al borde de la economía total en negro”

“Monotributo bajo fuego: Milei dinamita a los cuentapropistas y deja a Jujuy al borde de la economía total en negro”

Un mazazo fiscal a destiempo y en el peor lugar

Hablar hoy de encarecer el costo del monotributo en una provincia como Jujuy es casi una provocación.

La economía está fría, el consumo por el piso, el empleo privado formal estancado y los salarios reales licuados por meses y meses de inflación. A ese escenario de recesión profunda se le pretende sumar ahora un cambio de reglas que convierte al monotributista en el chivo expiatorio perfecto para sostener el “equilibrio fiscal” de Milei y Caputo.

En la práctica, eliminar o encarecer brutalmente el monotributo implica tres cosas concretas para el cuentapropista jujeño:

  1. Pagar mucho más por mes (autónomos + obra social por separado).
  2. Asumir costos administrativos (contador, DDJJ de Ganancias, papelerío permanente).
  3. Convencerlo de que todo esto es “modernización tributaria”, cuando en realidad es la vieja receta de siempre: recaudar apretando a los de abajo.

En una provincia donde buena parte de los servicios personales, oficios, changas profesionalizadas y pequeños comercios se sostienen gracias al monotributo, esto es dinamitar el piso del sistema formal.

Jujuy: mercado chico, bolsillos flacos y monotributistas en la línea de fuego

Jujuy no es la City Porteña ni Palermo Hollywood. Acá el “mercado” es chico, concentrado y ultra sensible:

  • Las familias llegan con lo justo a mitad de mes.
  • El crédito está caro o directamente muerto.
  • El comercio vive de la venta diaria, no de grandes contratos.

En ese contexto, el monotributista jujeño es:

  • La peluquera que factura poco pero todos los meses tiene que poner alquiler y productos.
  • El gasista, el albañil, el electricista que hace changas formales para no quedar completamente fuera del sistema.
  • El diseñador, el programador, el profe que factura a una empresa, a un colegio o a un municipio.
  • El kiosquero, el pequeño comerciante que factura lo mínimo indispensable para no desaparecer.

A todos ellos el gobierno nacional les está mandando un mensaje clarísimo:

“Tu esfuerzo no alcanza. Vas a pagar más, vas a hacer más trámites y vas a quedar más expuesto. Arreglate.”

En una provincia de bajo poder adquisitivo, exigirle a un monotributista que pase a un esquema más caro, más complejo y más inestable es empujarlo al borde del abismo.

El incentivo perfecto… para irse a la informalidad

Cuando la cuenta no cierra, la gente no hace teoría económica: se defiende.

Si el costo de seguir formal se dispara, el pequeño contribuyente jujeño va a hacer lo que hace cualquiera que está contra la pared:

  • Facturar menos.
  • Facturar una parte.
  • Directamente dejar de facturar.

¿Resultado?
Más informalidad, más cajas negras, menos recaudación estructural y un sistema tributario todavía más injusto, donde el que tiene margen se esconde y el que no tiene espalda termina ahogado.

En Jujuy, donde la frontera entre lo formal y lo informal ya es finísima en amplios sectores, esta reforma puede ser el tiro de gracia al pequeño circuito legal:

  • Más trabajo “en negro” disfrazado de favor.
  • Más pagos en efectivo sin factura.
  • Más riesgo para el trabajador, sin obra social, sin aportes, sin cobertura.
  Tarjetas al rojo vivo, heladeras vacías: el “plan motosierra” que endeuda a las familias y no baja la inflación

Lo que Milei vende como “orden fiscal” se traduce, acá, en más economía en la sombra.

¿Y los representantes de Jujuy? ¿Van a votar contra su propia gente?

Acá aparece la pregunta incómoda que en algún momento deberán responder los diputados nacionales por Jujuy:

  • ¿Van a levantar la mano en el Congreso para encarecer la vida de miles de monotributistas jujeños?
  • ¿Van a avalar un esquema que castiga a los cuentapropistas mientras se alivianan cargas a grandes empleadores y siguen los beneficios a jugadores concentrados?
  • ¿Van a explicar en la próxima campaña que acompañaron la reforma que multiplicó los costos del kiosco, del taller, del freelancer, del pequeño prestador de servicios?

Es fácil hablar de “sacrificios necesarios” en un despacho alfombrado en Buenos Aires. Lo difícil es mirarle a la cara al plomero, a la manicura, al profesor que factura por horas, y decirle:

“Te hice la vida más cara, más complicada y más insegura”.

Los diputados jujeños no pueden esconderse detrás de la palabra “orden” para justificar un despropósito que pega de lleno en la base productiva más frágil de la provincia.

¿Y el gobernador? ¿Seguir alineado a cualquier costo?

Otra pregunta clave:
¿El gobernador de Jujuy va a acompañar ciegamente cualquier reforma que baje de Nación, aunque destruya la delgada formalidad que todavía sostiene a miles de contribuyentes locales?

Decir “sí” a todo lo que venga del gobierno nacional puede parecer inteligente en términos de caja y alineamiento político en el corto plazo. Pero en el mediano plazo es dinamitar la gobernabilidad provincial:

  • Menos actividad → Menos impuestos provinciales → Menos recursos para salud, educación, seguridad.
  • Más informalidad → Más precariedad laboral → Más conflictividad social.
  • Más presión sobre el pequeño contribuyente → Más bronca con toda la política (incluida la local).

Si la Provincia acepta sin chistar un esquema que vacía al monotributista, termina avalando que el ajuste no pase por los grandes jugadores, sino por el trabajador por cuenta propia que en Jujuy ya viene muy golpeado.

La trampa mortal del “equilibrio fiscal” sin desarrollo

Todos entendemos que las cuentas públicas tienen que ordenar. La discusión no es esa.
La discusión es quién paga y con qué consecuencias.

En una provincia pobre, con un mercado interno débil y un entramado empresarial ultra concentrado, cargarle el ajuste al monotributista es:

  • Económicamente torpe.
  • Socialmente explosivo.
  • Políticamente suicida.

Porque ese cuentapropista es el que mantiene viva la circulación del dinero en el barrio, en el pueblo, en la ciudad de frontera. Si se cae él, se cae la compra en el almacén, la recarga de la SUBE, el pago del alquiler, la cuota del colegio, la changa que le da a otro.

Ahogar al monotributista jujeño en nombre del “orden macroeconómico” es como apagar un incendio rompiendo el tanque de agua: te quedás sin fuego… y sin agua.

No es técnico: es político y moral

El monotributo en provincias como Jujuy fue, con todos sus defectos, una herramienta de inclusión:

  • Permitió a miles entrar al sistema de a poco.
  • Les dio cobertura mínima de salud y jubilación.
  • Les permitió facturar, exportar servicios, venderle al Estado, a empresas, a plataformas.
  Basta de agachar la cabeza: el peronismo nació para tiempos como estos

Patear ese esquema y convertirlo en un laberinto caro y hostil no es una decisión técnica neutra. Es una decisión política con un claro mensaje de clase:

“El ajuste lo paga el de abajo, el que no tiene lobby, el que no tiene estudio jurídico, el que no puede fugar dólares.”

En Jujuy, donde los grandes jugadores son pocos y el tejido productivo es frágil, es además una decisión moralmente indefendible.

Conclusión: o se plantan ahora, o después que no hablen de “sorpresas”

La película está clara:

  • Provincia pobre.
  • Mercado privado anémico.
  • Consumo por el piso.
  • Monotributistas sosteniendo como pueden su actividad.
  • Gobierno nacional decidido a exprimirlos para sostener un relato de equilibrio fiscal.

Frente a eso, hay dos caminos:

  1. Seguir en silencio, votando lo que piden Milei y Caputo, y después rasgarse las vestiduras cuando el comercio cierre, el profesional se vaya a la informalidad y el malestar se coma la confianza en toda la política.
  2. Plantarse, defender un sistema tributario que no castigue a los más débiles, y poner sobre la mesa algo elemental: en Jujuy no hay margen para seguir ajustando a los que menos tienen.

Si los que gobiernan la Nación quieren experimentar con los monotributistas, que lo hagan mirando a los ojos a las provincias que están en la línea de fuego. Y si los que representan a Jujuy van a acompañar, que sepan algo: no podrán decir que no sabían a quién estaban sacrificando.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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