“Corrupción 4.0: dólares en cajas, estafas en streaming y una sociedad que ya no se escandaliza”

“Corrupción 4.0: dólares en cajas, estafas en streaming y una sociedad que ya no se escandaliza”

ANDIS: 700 mil razones para indignarse… pero casi nadie se inmuta

La escena es conocida, pero versión siglo XXI: allanamiento, cajas, dólares y chats comprometedores.
En la causa que investiga presuntas irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), la justicia encontró unos USD 700.000 en el domicilio de Ornella Calvete, funcionaria del Ministerio de Economía y asesora directa en temas de discapacidad. La funcionaria presentó su renuncia tras el operativo.

Calvete es hija de Miguel Calvete, histórico lobista de supermercados y hombre clave en tramas de financiamiento político. En los chats analizados por el fiscal, aparecen referencias a un supuesto “3%” destinado a “KM”, sigla que varias fuentes interpretan como Karina Milei, aunque esto aún debe ser confirmado judicialmente.

Mientras tanto, las personas con discapacidad siguen esperando prestaciones, sillas de ruedas, tratamientos y traslados. La vieja historia argentina: el ajuste baja por el lado de los débiles, el efectivo se acumula del lado de los amigos del poder.

LIBRA: de la “libertad” a la sospecha de estafa internacional

En paralelo, la Comisión especial LIBRA de la Cámara de Diputados emitió su informe final sobre el fallido proyecto cripto‐financiero que prometía “liberar” la economía argentina desde Miami.

El dictamen concluye que el presidente Javier Milei prestó una “colaboración imprescindible” para el esquema que se investiga como estafa, al haber puesto su investidura y su imagen internacional al servicio de los promotores del activo sin controles adecuados. También señala responsabilidad política de su hermana Karina Milei y de otros funcionarios, y recomienda evaluar la apertura de un eventual juicio político.

Traducido: la “libertad avanza” también en el terreno de las finanzas opacas. Antes eran bolsos, ahora son tokens.

Entonces, ¿por qué no se rompe el contrato político con Milei?

La pregunta incomoda a todo el sistema: con este combo de causas, ¿por qué el gobierno no se desploma en las encuestas?
Distintos sondeos recientes muestran que, tras las legislativas, Milei conserva un piso electoral competitivo (alrededor del 30–35%) e incluso mejora su imagen en algunos segmentos.

Hay varias claves:

  1. Odio residual a la “casta” tradicional
    Para una porción importante de la sociedad, cualquier cosa es preferible a volver al “quilombo de siempre”. La corrupción libertaria se percibe como “nueva”, casi “de start-up”, mientras la de los gobiernos anteriores aparece como un déjà vu agotador.
    Resumen brutal: “Todos roban, pero al menos éstos no son los de antes”.
  2. Oposición sin relato y sin oferta superadora
    El peronismo dividido, el progresismo replegado y un radicalismo sin brújula ofrecen más internas que proyectos. La ciudadanía ve una vidriera opositora con productos vencidos: nostalgia, culpas cruzadas, ninguna hoja de ruta clara para salir de la recesión.
    Entre un gobierno que ajusta con motosierra y una oposición que no logra explicar cómo reactivar sin repetir fracasos, muchos optan por “bancar” lo conocido un rato más.
  3. Prioridades reordenadas por la crisis
    Cuando el problema es llegar a fin de mes, la corrupción baja de ranking.
    Hoy el filtro es simple:
    • ¿Bajó la inflación?
    • ¿Se mueve el dólar?
    • ¿Se siente algo de orden macro?
      Si las respuestas son medio “sí”, parte de la sociedad está dispuesta a mirar para otro lado frente a los sobres, los cripto y los dólares en cajas.
  4. Normalización global del cinismo político
    Estados Unidos con Trump, Brasil con Bolsonaro, Europa con sus nuevas derechas. Argentina no es una isla: el votante ve que el juego global cambió. El discurso anti-sistema tolera contradicciones obscenas y convierte cualquier denuncia en “opereta”.
    Así, toda acusación de corrupción compite con la narrativa de la persecución política.
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Cambio de valores: del “que se vayan todos” al “mientras sea mi elegido…”

La novedad de época es brutal:
Antes, la corrupción ajena indignaba y la propia se justificaba en voz baja.
Hoy, una parte del electorado se ríe de la corrupción propia y relativiza la ajena según la tribuna.

El país que en 2001 gritaba “que se vayan todos” hoy soporta:

  • funcionarios con USD 700.000 en su casa,
  • un presidente señalado por una comisión del Congreso por colaborar en una estafa cripto, (LetraP)
  • y un sistema de medios que banaliza todo en formato show.

Es la sociedad líquida: valores flexibles, memorias cortas, indignaciones de 24 horas. Al otro día hay otro escándalo, otra placa roja, otra pelea en redes.

¿La oferta opositora es peor?

Ésta es la coartada perfecta del oficialismo: “somos malos, pero los otros son peores”.
Y, aunque suene brutal, una parte de la ciudadanía lo compra.

  • La oposición habla de corrupción libertaria pero evita hacer una autocrítica seria sobre la propia.
  • No hay un plan convincente para la deuda, la inflación, el empleo ni la redistribución.
  • Los nombres que suenan para 2027 son, en muchos casos, los mismos de las últimas dos décadas.

En ese escenario, Milei aparece como el síntoma más visible de una enfermedad más profunda: la incapacidad de casi todo el sistema político para ofrecer una salida creíble y honesta.

Un cierre incómodo: tolerancia no es perdón

Que la sociedad tolere no significa que haya perdonado.
La desconfianza es total, pero se administra por cuotas: hoy se tolera a Milei, ayer se toleró a otros, mañana será el turno de un nuevo “salvador”.

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La verdadera discusión que Argentina se debe —y que en Jujuy, en el NOA y en todo el interior se siente con más crudeza— es otra:
¿Vamos a seguir eligiendo entre corruptos de distinto signo, o vamos a construir una agenda que castigue de verdad la corrupción y premie la honestidad y la competencia, no el grito más fuerte?

Hasta que eso no ocurra, la escena se repetirá:

  • dólares en cajas,
  • comisiones parlamentarias que escriben informes demoledores,
  • y una sociedad que mira la placa en la tele, se encoge de hombros y pregunta:
    “¿Y quién viene después, peor todavía?”.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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