Fin de los frentes: el tablero que se rompe
Mientras Milei evalúa una reforma de partidos para limitar o directamente prohibir los frentes electorales, el mensaje de fondo es claro: se terminó la comodidad de esconderse detrás de sellos múltiples y colectoras infinitas. Así como en minoría eliminó el carnaval de boletas partidarias y frentes,ahora nadie duda que podrá eliminar a los frentes como estrategia política de un pasado que las mayorías no quieren repetir.
En Jujuy ese agotamiento ya se ve en tres planos:
- El oficialismo provincial: un ciclo largo, desgastado, que perdió el vínculo emocional con la gente.
- El peronismo de aparato: más preocupado por negociaciones internas que por la vida cotidiana de la sociedad jujeña.
- Los frentes “multi-sello”: espacios donde nadie se hace cargo y todos se reparten culpas.
En ese vacío aparece el clima propicio para que el votante jujeño diga: “probemos otra cosa”. Ese “otra cosa” hoy tiene nombre y sigla: La Libertad Avanza.
Por qué los libertarios tienen todo para ganar (si no se suicidan políticamente)
Hay factores estructurales que favorecen un crecimiento libertario fuerte en Jujuy:
- Hartazgo con el modelo local
La sensación de fin de ciclo es transversal: oficialismo sin respuestas y oposición tradicional sin narrativa nueva. Allí se abre una ventana para un discurso que prometa ruptura y recomienzo. - Clima liberal en la periferia y en las fronteras
En provincias cercanas y en zonas de frontera (Chile, Bolivia) se percibe cada vez más la tensión entre Estado caro e ineficiente vs. necesidad de competitividad, inversión y empleo privado. Ese debate llega a Jujuy por ósmosis: comercio fronterizo, logística, minería, turismo, economía del conocimiento. - Nacionalización de La Libertad Avanza como partido
LLA ya no es solo una coalición coyuntural: avanza en convertirse en partido nacional con estructura propia y despliegue territorial hacia 2025. Eso le da a los libertarios jujeños una base más sólida que el mero “fenómeno Milei”. - El factor “Trump” y el eje global
La narrativa de derecha nacional-populista –muy asociada a Trump– seguirá teniendo impacto más allá de 2027. Eso alimenta el relato libertario local de alineamiento geopolítico, identidad anti-“casta” y promesa de “orden con motosierra”.
Con este combo, sí, los libertarios tienen todo para arrasar en Jujuy. Pero eso no es una profecía garantizada, sino una posibilidad condicionada.
La trampa: de antisistema a nueva casta en tiempo récord
El riesgo es evidente: si La Libertad Avanza en Jujuy se limita a ocupar sillas y negociar cargos como cualquier espacio tradicional, el magnetismo del “cambio” dura menos que un mandato.
Errores que los pueden hundir rápido:
- Convertir sus bancas en oficinas de tuits, sin agenda real de ley ni control.
- Repetir la liturgia de la vieja política: pelear por presidencias legislativas, el reparto de comisiones, los contratos… mientras la economía real se derrumba.
- Defender a ciegas todas las medidas del gobierno nacional sin leer el humor social jujeño y el impacto en la microeconomía provincial.
La sociedad está dispuesta a dar una oportunidad, pero no un cheque en blanco. El gobierno nacional ya muestra un cuadro complejo: recesión profunda, reservas frágiles y deuda creciente, con dudas sobre su sostenibilidad en el tiempo. Si los libertarios locales no marcan diferencias, quedan pegados al costo.
“No choquen la calesita”: la prueba de fuego en Jujuy
El mandato social hacia los libertarios jujeños es sencillo de enunciar y muy difícil de cumplir:
- Conectar con el territorio: estar en los barrios, en la producción, en las pymes, en la frontera. No sólo en conferencias y redes sociales.
- Producir agenda propia: proyectos concretos sobre impuestos locales, empleo, simplificación administrativa, transparencia real; no solo repetir consignas nacionales.
- Ocupar el rol de bisagra institucional: entre el enojo social y el sistema político. Si se cortan del pueblo, pasan a ser “uno más”.
Si lo logran, pueden ordenar el tablero de cara a 2027. Si se encierran en la rosca, terminarán en el mismo barro que critican.
Sin frentes: cada sello paga su propia cuenta
Si avanza una reforma que limite o prohíba frentes, cada marca política deberá presentarse con nombre y apellido, sin diluir responsabilidades en coaliciones difusas.
- El oficialismo provincial tendrá que defender su modelo sin escudos ajenos.
- El peronismo deberá decidir si sigue en modo “sobrevivir” o si intenta reconstruir una identidad genuina.
- La izquierda definirá si quiere ser testimonio o herramienta concreta de conflicto y propuesta.
- Y los libertarios deberán probar si son estructuralmente distintos o solo un rebranding de la misma lógica de siempre.
En ese escenario, Jujuy puede convertirse en laboratorio de un nuevo ciclo liberal-republicano… o en otra decepción más.
La oportunidad y el abismo
La idea de que “los libertarios arrasarán en Jujuy” no es un destino escrito: es una herramienta de presión social sobre todos los actores.
- Presión sobre el oficialismo local, que ya no puede disimular su desgaste.
- Presión sobre el peronismo, que si no se renueva se hunde con su propia historia.
- Y presión sobre La Libertad Avanza, que tiene la chance –y la responsabilidad– de demostrar que se puede ejercer poder sin repetir los vicios de la vieja política.
La sociedad jujeña ya eligió cambio.
Lo que aún no está claro es quién estará a la altura.
Los libertarios tienen todo para sacar a Jujuy del pozo…
Pero si chocan la calesita, esta vez nadie va a perdonar.
