Perico, el Espejo Roto: Cómo la Tormenta de Importaciones y la Inacción Política Aniquilan el ADN Comercial de un Pueblo

Perico, el Espejo Roto: Cómo la Tormenta de Importaciones y la Inacción Política Aniquilan el ADN Comercial de un Pueblo

El modelo de destrucción calculada del gobierno nacional no es una abstracción macroeconómica. Su rostro más concreto y desolador se observa en localidades como Perico, Jujuy, cuyo ADN histórico y económico ha sido el comercio, materializado en sus ferias y mercados repletos de manufacturas. Hoy, esa identidad está siendo borrada sistemáticamente por una doble tenaza: la apertura indiscriminada a las importaciones y el tsunami de las ventas digitales directas desde plataformas internacionales.

Este fenómeno está exterminando un modelo comercial presencial centenario. Los feriantes y pequeños comerciantes no pueden competir contra precios de origen subsidiado y logísticas globales, a los que ellos no tienen acceso. La venta digital, que evade la intermediación local, no deja más que un rastro de puestos vacíos y galpones cerrados. Perico pierde, a velocidad vertiginosa, lo que fue: un nodo de intercambio, trabajo y comunidad.

La tragedia se profundiza con la absoluta incapacidad local para pivotear hacia una economía productiva. Perico está atrasada tecnológicamente, sin crédito, sin inversión genuina. La excepción que confirma la regla es la controvertida empresa química china en su parque industrial: una inversión que no genera empleo local significativo, que repatrió a más de 150 trabajadores de su país (eliminando ese gasto secundario en la ciudad), y que se instala bajo la sombra de un tremendo potencial contaminante. No es desarrollo; es un enclave extractivo de valor y riesgo.

Frente a este colapso en cámara rápida, la política local, en especial los concejales y diputados provinciales de la misma línea libertaria que gobierna el país, exhiben una parálisis ideológica letal. No aportan ideas, no presentan proyectos de emergencia para generar empleo, no defienden a su productividad. Son espectadores dogmáticos de una hecatombe que ellos mismos promueven desde la teoría. La reciente clausura de una planta de acopio, con 150 despidos directos, es solo un episodio en una provincia que ya supera el millar de despidos formales y ve apagarse cadenas productivas enteras.

  Daza y el Territorio: La Revolución Silenciosa que el Peronismo, ni el oficialismo ya no Puede Liderar

El gobierno provincial, lejos de encontrar un rumbo alternativo, parece navegar a la deriva en este mar de desempleo y comercios con persianas bajas. No hay consciencia del escenario terminal, o se prefiere ignorarlo en nombre de una lealtad política que se paga con el futuro de los ciudadanos. La falta de un plan concreto para municipios como Perico revela que el «shock de competencia» es, en la práctica, un abandono programado a su suerte.

Perico se convierte así en el microcosmos del fracaso anunciado. Demuestra que la «destrucción creativa», sin crédito, sin infraestructura, sin políticas activas y con una clase política ausente, es solo destrucción pura. Se está matando el comercio local sin que nazca nada a cambio, excepto más pobreza, más desesperanza y un vacío económico que será colonizado por intereses fugaces y depredadores. El silencio de las autoridades locales es la complicidad que asegura el desenlace trágico.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *