La política festeja como si hubiera ganado una final. Los mercados, en cambio, festejan con ceja levantada. Porque aprobar un Presupuesto no es sinónimo de crear previsibilidad: es, apenas, poner las reglas del juego sobre la mesa. Y este Presupuesto 2026 llega con una cicatriz: el Capítulo XI fue volteado en Diputados y quedó afuera de la ley, pero el Gobierno ya dejó trascender que buscaría reordenar partidas vía decreto (especialmente por discapacidad y universidades), es decir, la “mutilación” que cayó en el recinto podría volver en formato administrativo.
El dato político que importa en Jujuy: quiénes levantaron la mano
En la votación nominal, Atauche y Bedia (LLA) apoyaron el Presupuesto 2026. Y Carolina Moisés también lo votó afirmativamente. Eso no es un detalle: es una señal de alineamiento en un momento en que los gobernadores negocian caja y el Ejecutivo acelera incentivos (ATN/compensaciones) para asegurar mayorías, a pesar que Moisés no es de la linea oficial del gobierno de Jujuy, respondío al grito desesperado de Sadir-Morales.
El Gobierno nacional lo vende como victoria histórica: tras dos años gobernando con presupuestos prorrogados, Milei obtiene un marco propio y manda una señal a inversores.
El NOA como “bloque”: apoyo peronista con lógica territorial
La sanción no fue solo libertaria: hubo respaldo provincial y fractura opositora. En medios nacionales se describió el rol de mandatarios del norte y del “peronismo territorial” en la construcción de votos.
Traducción empresarial: cuando la Nación ajusta, las provincias buscan blindar flujo. Y eso se hace con votos, no con discursos.
El corazón del debate: metas que suenan bien, pero corren contra la realidad
El Presupuesto 2026 proyecta inflación anual en torno al 10% (10,1% según reportes), y un cuadro macro de crecimiento. El problema es la trayectoria: noviembre dio 2,5% mensual según INDEC.
Si diciembre repite o queda arriba, para terminar 2026 en ~10% anual se requiere una desinflación muy agresiva, sostenida y sin sobresaltos. En criollo: la meta es de alta exigencia operativa.
Y acá aparece el dilema que el NOA conoce de memoria: plaza seca vs. economía real. Sin liquidez, se frena consumo, comercio y producción. Con “más pesos”, se enciende la nominalidad y el dólar se recalienta si la confianza no acompaña. Argentina ya vivió el mecanismo: cuando el Estado financia desequilibrios con emisión, el exceso de pesos termina presionando precios y tipo de cambio (es una película conocida, aunque aquel caso citado sea de otro ciclo económico).
¿Qué significa este Presupuesto para Jujuy y el NOA?
Coparticipación: la caja puede venir flaca aunque haya Presupuesto
Lo estructural: la coparticipación depende de IVA y Ganancias. Y en noviembre de 2025 hubo reportes de caídas reales interanuales en recursos nacionales/coparticipación, explicadas por bajas en IVA y Ganancias.
Si esa dinámica persiste, Jujuy debe prepararse para un escenario donde la ley esté aprobada, pero la recaudación no alcance.
ATN y transferencias discrecionales: el “precio” de la gobernabilidad
La Nación viene usando herramientas de compensación/giros para aceitar acuerdos con provincias. En un recuento reciente se consignaron giros relevantes a varios distritos, incluyendo Jujuy, en el marco del clima previo/post sanción.
Eso abre una pregunta incómoda: ¿Jujuy negociará con agenda propia o quedará atada a la lógica “voto por caja”?, En este caso Carolina Moisés se convirtió en garante de un Jujuy que puso palos en la rueda.
Economías regionales: tabaco y caña miran tres variables
Para Perico y el cordón productivo, el impacto real no está en el PDF del Presupuesto, sino en tres palancas:
- Tipo de cambio real: si la inflación efectiva supera lo proyectado y el dólar oficial no acompaña, la competitividad se deteriora.
- Costo financiero y capital de trabajo: con tasas y liquidez restringida, el productor chico queda fuera del sistema.
- Infraestructura y logística: sin obra y mantenimiento (rutas, drenajes, energía), el NOA paga “impuesto distancia” y pierde margen.
El Presupuesto puede ser una “victoria legislativa”, pero para el campo regional la verdad siempre es la misma: rentabilidad = precio – costos – logística – impuestos – financiamiento. Si una de esas piezas se rompe, el resto no compensa.
La pregunta volcánica: ¿Jujuy se paga o se enciende?
Con las reglas ya escritas, Jujuy enfrenta dos caminos:
A) Alinearse al nuevo paradigma libertario en serio
No con slogans: con reingeniería del Estado provincial, digitalización, compras transparentes, recorte de burocracia improductiva y rediseño de programas hacia impacto medible.
B) Seguir con el “piloto automático”
Esperando coparticipación que puede caer en términos reales y confiando en auxilios discrecionales. Ese modelo suele terminar en lo de siempre: conflicto social, atraso salarial, deuda flotante y economía informal al mando.
En síntesis: Milei ganó el tablero institucional. El dólar va a auditar la ejecución. Y el NOA, como siempre, no tiene margen para vivir de relato. Tiene que vivir de caja, productividad y paz social.
