El Ejecutivo trabaja contra reloj para obtener los votos necesarios y bloquear la ley tras la masiva marcha en defensa del presupuesto universitario. En el oficialismo son conscientes de que el escenario es más desfavorable que en el veto a la ley de movilidad jubilatoria, que derivó en el latiguillo de los “87 héroes” con asado incluido en el quincho de Olivos. Es por ello que en la Casa Rosada multiplicarán esfuerzos durante el fin de semana para frenar lo que hasta el momento parece una derrota inevitable.
En principio, no habrá reunión de coordinación legislativa el próximo lunes en la Casa Rosada.
Las conversaciones están encabezadas por Santiago Caputo, del jefe de Gabinete Guillermo Francos y sus dos vicejefes, Lisandro Catalán y José “Cochi” Rolandi. También mantiene diálogo el ala karinista, con Lule Menem y el titular de Diputados, Martín Menem.
En LLA entienden que la clave estará en obtener al menos 34 (sobre 37) votos del PRO, la principal bancada aliada, que puso en dudas su acompañamiento. Algunos diputados, como Álvaro González, ya alertaron que votarán en contra del veto.
Sin embargo, en las filas oficialistas recuerdan que el pasado 15 de agosto, cuando Diputados dio media sanción al proyecto del radicalismo, hubo muchos diputados amarillos ausentes y que Cristian Ritondo votó en contra. El jefe del bloque PRO fue recibido esta semana por Catalán, junto al intendente de Junín, Pablo Petrecca.
En los últimos días, en el oficialismo redoblaron la presión sobre el PRO, que puso en un cono de dudas su posición y señala que terminará de definir un posicionamiento el martes, en la reunión de bloque. Aunque no habrá acuerdo entre ellos. Además, despotricaron contra las señales que dio el expresidente Mauricio Macri, quien dejó trascender en una reunión con los senadores del PRO que Milei y la Casa Rosada incumplen los acuerdos, y que el encargado de juntar los votos es el oficialismo.
El número mágico que debe conseguir LLA es 86, con eso tendría un tercio del recinto garantizado. Sin embargo, entienden que habrá ausencias y que aun con un número menor (debe obtener un tercio de los presentes) podría alcanzar el objetivo.
A los diputados de LLA (Lemoine se encuentra de viaje) y del PRO, deberán sumarles los tres diputados del MID, encabezados por Oscar Zago, que hasta acá se ha alineado con la Casa Rosada pese a dar señales de acercamiento al PRO. También deberá sumarse a la diputada del monobloque Creo, la tucumana Paula Omodeo.
Otro punto importante será ver cómo funciona el bloque de tres diputados tucumanos, quienes responden al gobernador Osvaldo Jaldo, entre ellos Agustín Fernández, quien votó negativo en agosto pasado.
Párrafo aparte, la discusión con el bloque de Innovación Federal, el cual fue clave con su abstención para que la Casa Rosada obtuviese el veto a la fórmula jubilatoria. En este caso, su presidenta, Pamela Caletti, ya avisó que votará en contra del veto junto con sus otros dos coterráneos.
Los federales tienen una dinámica especial de trabajo que les permite tener “libertad de acción”, dado que reúnen a diputados de distintas provincias. Los misioneros y rionegrinos todavía no han definido posición y la presión sobre Alberto Weretilneck y Carlos Rovira se redoblará durante el fin de semana.
A su vez, habrá que mirar al bloque sanjuanino Producción y Trabajo, encabezado por Nancy Picón Martínez. El bloque tiene dos integrantes, y en la votación se ausentó, pero sus manos serán claves para la suerte del oficialismo.
También se activaron fuertemente las negociaciones con los cinco radicales incluidos entre los “87 héroes”. Según las cuentas que hacen en el oficialismo, requerirán cuatro de esas manos. A Luis Picat lo dan casi por seguro, lo mismo que a Mariano Campero. Martín Arjol votó en general de forma afirmativa la ley, aunque rechazó el articulado. Y avisó que esperará la reunión de bloque para definir.
Sin consenso, la Rosada insiste con eliminar las PASO
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, volvió a poner sobre el tapete la posibilidad de que el Gobierno impulse una eliminación de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias. “Tenemos que diseñar un sistema porque las PASO no sirvieron para nada. Es un costo enorme para el Estado, es de una molestia generalizada para los ciudadanos, que deben decidir sobre internas de partidos que no les interesan”, reflexionó.
“Vamos a proponer la eliminación de las PASO. Estamos convencidos de que no son un instrumento útil para la resolución de los problemas”, indicó Francos, pese a que la discusión no se dará en lo que resta del año.
De hecho, en la propia Casa Rosada atenuaron el tenor de las declaraciones del ministro coordinador y aclararon que, por el momento, no hay proyecto en carpeta.
A su vez, explicaron que se trata de un proyecto que el oficialismo tiene en consideración desde el inicio de la gestión. En efecto, el Presidente y su círculo de asesores consideran que las PASO son una forma de “intromisión” en la vida interna de los partidos y una forma coercitiva que obliga a la sociedad a participar en las internas partidarias. Además, lo consideran oneroso, y un gasto innecesario. Mucho más en el contexto de restricción presupuestaria y crisis que atraviesa la Argentina.
Por ahora, el capítulo de la reforma política que impulsa la Casa Rosada queda en suspenso hasta mejor momento, sobre todo luego de la sanción definitiva de la Boleta Única de Papel, el pasado martes.
En la Rosada ya advertían que las otras reformas que se pretenden (entre ellas la eliminación de las PASO) quedarán para más adelante. Es que el calendario legislativo quedó apretado, y todavía ni siquiera comenzó a tratarse el Presupuesto 2025, la primera “hoja de ruta” libertaria que tiene como impronta central el “déficit cero”.
A su vez, la eliminación de las PASO no contaba con el apoyo de las bancadas opositoras aliadas. Ni el PRO, ni la UCR, ni la CC quieren avanzar con el tema.