La interna dentro del movimiento libertario ha llegado a niveles explosivos. Esta vez, el conflicto no se trata de ideología, sino de una feroz disputa entre los influencers y los trolls que han encontrado su lugar en la estructura estatal. El youtuber libertario Eduardo «El Presto» Prestofelippo desató una tormenta al criticar duramente los nombramientos recientes realizados en el gobierno nacional, señalando directamente al vocero presidencial Manuel Adorni y a los nuevos funcionarios que se sumaron a su área.
En su canal de YouTube, “El Presto” no tuvo reparos en apuntar contra Tomás Jurado, más conocido como “El Peluca Milei”, quien fue designado como Director Audiovisual. El polémico youtuber ironizó sobre el futuro de los trolls en caso de que Milei desaparezca de la escena política, calificándolos como «parásitos» que están aprovechándose de la popularidad del líder libertario. «Tendríamos que haber subido recortes de Milei para ocupar un cargo», dijo en tono crítico.
Este enfrentamiento ha dejado al descubierto una grieta que va más allá del debate sobre la gestión pública. Influencers como “El Presto” ven con recelo cómo algunos trolls, cuya única virtud parece ser su habilidad para generar contenido viral a favor de Milei, están obteniendo cargos en el Estado. Mientras tanto, los trolls se defienden alegando que han trabajado incansablemente para posicionar al movimiento en el centro del debate público, utilizando redes y estrategias digitales que son vitales en la política moderna.
El conflicto evidencia la lucha por el poder y el control dentro del libertarismo, un espacio que, aunque plantea una postura de reducción del Estado, se enfrenta a contradicciones cuando se trata de ocupar los puestos más codiciados. A pesar de las promesas de austeridad, los libertarios ahora protagonizan una guerra interna por los beneficios que implica estar en el gobierno.
En un contexto donde las designaciones se vuelven cada vez más controvertidas, la batalla entre influencers y trolls amenaza con desestabilizar la cohesión interna de La Libertad Avanza, en un escenario donde la línea entre la política y el espectáculo parece más difusa que nunca.
