Telecom, Claro y Telefónica pretenden que Milei licite el espectro de 5G que está en poder de la compañía estatal de satélites Arsat. Se trata de un recurso limitado y de valor incalculable.
Santiago Caputo controla las empresas públicas y en el caso de Arsat puso al frente del control real de la compañía a su socio Rodrigo Lugones, hijo del actual ministro de Salud. Lugones tiene ahora el desafío de tratar de vender la mitad del capital accionario de la empresa, que el Congreso excluyó explícitamente del listado de empresas a privatizar.
El gobierno ahora encontró el atajo de convertir a Arsat y otras empresas públicas en Sociedades Anónimas y entonces cree que está habilitado a vender al menos el 49% del capital accionario.
Hasta ahora a Telecom no le interesa ser socios del Estado en Arsat, pero si le interesa la banda ancha que retuvo la compañía estatal. La mexicana Claro de Carlos Slim si mostró en su momento interés por quedarse con Arsat.
El tema es que por el momento el gobierno no anunció la licitación del espectro radioeléctrico que conserva Arsat, pero la necesidad de dólares podría llevarlo a dar ese paso.
Lugones debe enfrentar sin embargo una compañía muy difícil de conducir donde todavía conviven capas geológicas de funcionarios de Julio de Vido, Aníbal Fernández y La Cámpora.
En 2023, el gobierno limpió las bandas, licitó 3 de los 4 módulos de 5G que estaban disponibles y recaudó 875 millones de dólares. 750 MHz se repartieron entre tres empresas, 300MHz se quedaron Telecom y Claro y 150MHz Telefónica. En ese momento la administración peronista decidió que 250 MHz quedaran en poder de Arsat para cuestiones estratégicas del país.
El 5G es la banda actual que permite comunicaciones en tiempo real. El espectro de señales el limitado, por eso su valor es incalculable. Para los usuarios domésticos no existe una gran diferencia con el 4G, pero para las empresas tecnológicas, tener comunicaciones en tiempo real es clave.
«Necesitamos una lectura de qué va a hacer Arsat con el espectro», reclamó el CEO de Telecom, Roberto Nobile, en un reciente encuentro del sector. El tema es crítico para las telefónicas. Durante la gestión kirchnerista de Julio de Vido se especuló con que el gobierno lanzara Libre, una compañía telefónica estatal.
Esa idea nunca se concretó, pero siempre fue una amenaza latente. Cuando en 2023 se licitó el 5G, Cristina Kirchner pugnó para que una parte del espectro quedara en manos del Estado y logró imponerse, pero para la ideología de la administración libertaria el paso lógico sería entregárselo al mercado.
Por ahora, el gobierno comenzó a recortarle fondos a la compañía que formalmente dirige Mariano Greco, un técnico que proviene de la gestión de Alberto, otra capa geológica más.
Por el momento Greco no dio pistas de que hará el gobierno con el espectro, se limitó a comentar que están «en un proceso de reordenamiento y puesta en valor de los activos, con la idea de que ingrese capital privado».
Los ingresos actuales de la compañía provienen de los dos satélites que están en órbita y del alquiler de la red federal de fibra óptica de meas de 20 mil kilómetros que construyó el kirchnerismo, que llega a todo el país. La red es propiedad de Arsat y se la alquila a las distintas operadoras que dan el servicio de última milla para conectarla con los clientes.
Copyright La Politica Online SA 2024