La reciente fractura en el bloque radical en la Cámara de Diputados tiene implicancias profundas para la provincia de Jujuy, gobernada por Carlos Sadir, delfín de Gerardo Morales. Este quiebre expone tensiones internas en la Unión Cívica Radical (UCR), donde sectores se distancian del «radicalismo peluca», cercano a Javier Milei, mientras que otros se mantienen firmes en su oposición al presidente, como es el caso del propio Sadir.
La situación coloca a Jujuy en una encrucijada. La provincia enfrenta una enorme dependencia de las transferencias nacionales, una deuda significativa en dólares y pesos, y un aparato estatal sobredimensionado. La propuesta de Milei, conocida como el «plan motosierra», exige que los gobernadores desmantelen gran parte del Estado, ajustando drásticamente el gasto público. Sadir, hasta ahora, ha mantenido una postura más moderada, fiel a los valores tradicionales del radicalismo y en línea con su predecesor, Morales, quien busca evitar una desestabilización social y económica en la provincia.
¿Seguir o Resistir el Plan de Milei?
El dilema para el gobierno de Sadir es claro: aplicar un ajuste radical, como sugiere Milei, o mantener una política más gradual que permita sostener la gobernabilidad y la paz social en Jujuy. La provincia tiene uno de los niveles más altos de empleo público en relación con el privado, lo que la hace particularmente vulnerable a recortes drásticos.
Por otro lado, la necesidad de renegociar deudas y garantizar el financiamiento de proyectos estratégicos, como las energías renovables y la infraestructura, son clave para el desarrollo económico de la provincia. Sadir ha insistido en que la obra pública y los proyectos de inversión, como Cauchari y otros emprendimientos en energías limpias, son vitales para el crecimiento de Jujuy.
Hipótesis para el Futuro de Jujuy
- Moderación y Gradualismo: Sadir podría optar por una estrategia de moderación, negociando con Nación para evitar un ajuste demasiado brusco. Esto le permitiría continuar con los proyectos de inversión y mantener cierto nivel de estabilidad social, pero podría generar tensiones con el ala más cercana a Milei.
- Implementar el Ajuste: Si Sadir decide seguir el camino del ajuste profundo propuesto por Milei, Jujuy podría ver un recorte significativo en el empleo público y en el gasto social, lo que podría generar un malestar considerable en la provincia. Esto colocaría a Sadir en una posición alineada con el radicalismo pro-Milei, pero con un costo político alto a nivel local.
- Negociación y Refuerzo del Sector Productivo: Otra alternativa sería que Sadir busque negociar subsidios y financiación con el gobierno nacional, mientras impulsa el sector productivo local, como la minería y las energías renovables, con el fin de reducir paulatinamente la dependencia del empleo público.
En cualquier caso, el futuro de Jujuy bajo el mandato de Carlos Sadir estará marcado por decisiones clave que definirán no solo su relación con Nación, sino también el destino de su propio proyecto provincial en un contexto de crisis económica y fractura política dentro del radicalismo.