En un paso clave hacia el desarrollo supraregional, el intendente de La Quiaca, Dante Velázquez, sostuvo un encuentro propositivo con Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea. En la reunión, se presentó un ambicioso plan que busca posicionar a Jujuy como un eje estratégico en el Corredor Oeste Capricornio, promoviendo la integración trasnacional con acceso tanto al Pacífico como al Atlántico. Este enfoque busca atraer capitales y consolidar a la provincia como un núcleo de intercambio sostenible y culturalmente diverso.
El reciente anuncio del acuerdo Mercosur-Unión Europea, el más significativo a nivel de bloques económicos en el planeta, fue celebrado por Velázquez como una oportunidad para potenciar los diálogos y vínculos ya establecidos. Con una visión pragmática, el intendente destacó que la clave está en «hacer mejor lo que ya sabemos hacer» bajo un marco de sostenibilidad y reconversión productiva.
Velázquez, quien ha recorrido salares, montañas y el altiplano con un profundo compromiso por la integración sudamericana, ha liderado proyectos que trascienden las fronteras nacionales, impulsando el desarrollo conjunto con ciudades chilenas y bolivianas. Su propuesta no se limita a lo retórico; es un llamado a la acción que invita a repensar los paradigmas productivos y estratégicos en la provincia de Jujuy.
Próximamente, se espera el anuncio de un programa integral que prepare a la región para aprovechar al máximo las ventajas del nuevo acuerdo. «Somos una avenida de doble sentido con la Unión Europea. Debemos anticiparnos y cambiar los paradigmas, dejando atrás ideologías y posturas retrógradas», subrayó Velázquez, quien reafirma su compromiso con un Jujuy que mira hacia el futuro con unidad, innovación y determinación.
Esta visión coloca a la provincia en el corazón de un proyecto transformador, demostrando que la integración regional y la cooperación internacional pueden ser motores de un desarrollo sostenible y equitativo.
Dante Velázquez ha sido un constructor incansable de puentes, no solo físicos, sino también estratégicos y humanos. Sus esfuerzos por integrar a ciudades periféricas en el desarrollo regional lo llevaron a recorrer miles de kilómetros por salares, altiplanos y parajes inhóspitos, llevando la bandera de una integración que muchos consideraban lejana. Con igual determinación, gestionó incansablemente desde la capital jujeña hasta los centros de decisión en CABA, entendiendo antes que nadie que el camino siempre ha sido la integración. Hoy, cuando incluso el gobierno nacional celebra este enfoque, se reconoce el valor de sus arduas gestiones, muchas veces en soledad, que llegaron a cobrarle un costo en su salud. Sin embargo, esa puerta que parecía inalcanzable finalmente se abrió, beneficiando no solo a La Quiaca, sino a todos los jujeños y al NOA, que ahora se posicionan como actores clave en la vinculación entre el Mercosur y la Unión Europea.