Redacción Perico Noticias // La caída del desempleo en un 0,7% durante el tercer trimestre de 2024 ha sido presentada como una señal clara de recuperación económica. Sin embargo, en un contexto de fragilidad estructural y alta inflación, surge la pregunta: ¿es esta mejora un indicador sostenido de progreso, o solo un espejismo temporal en una economía todavía en crisis?
La Realidad Detrás del Rebote
El desempleo es uno de los indicadores más observados para medir la salud económica de un país. Una baja en este índice podría interpretarse como una señal de reactivación, pero es necesario analizar los factores subyacentes para determinar si estamos ante un cambio estructural o simplemente un rebote técnico.
1. Crecimiento Económico: ¿Sostenibilidad o Rebote Técnico?
El gobierno atribuye esta mejora a medidas recientes que habrían incentivado el crecimiento económico. No obstante, expertos advierten que la baja en el desempleo podría estar vinculada a empleos informales o de baja calidad, lo que no necesariamente implica una mejora en la productividad o en los ingresos reales de los trabajadores.
2. Inflación Persistente y Consumo Restringido
Con una inflación acumulada anual que supera el 120%, los aumentos salariales no logran compensar la pérdida de poder adquisitivo. Si bien más personas están ocupadas, su capacidad de consumo sigue limitada, lo que frena la posibilidad de un crecimiento sostenido.
3. Recuperación Sectorial Desbalanceada
El desempleo podría haber disminuido en sectores específicos como la construcción y el comercio, impulsados por medidas transitorias o condiciones estacionales. Sin embargo, la industria y los servicios clave todavía enfrentan problemas de inversión y productividad.
Factores Externos y Sostenibilidad
La incertidumbre sobre la economía global y la relación de Argentina con el FMI, sumada a la volatilidad del dólar, impactan en las expectativas de estabilidad. Un rebote económico real requiere no solo de empleo, sino también de inversiones genuinas y una inflación controlada, factores que aún no se han consolidado.
¿Luz al Final del Túnel o Ilusión Óptica?
Si bien las cifras recientes pueden ser motivo de optimismo, es crucial preguntarse si este rebote puede traducirse en una recuperación sostenida. Para ello, será necesario avanzar en:
- Reformas estructurales que promuevan la productividad.
- Reducción de la informalidad laboral, que afecta al 40% de los trabajadores.
- Consolidación de políticas que enfrenten la inflación y fomenten la inversión.
La economía argentina sigue siendo frágil y dependiente de factores externos. Por lo tanto, más que una recuperación, este descenso del desempleo podría ser un respiro transitorio en medio de una tormenta económica que todavía no ha amainado.
«La caída del desempleo puede ser una buena noticia, pero en una economía como la argentina, las cifras deben leerse con cautela. El verdadero desafío no es el rebote, sino la sostenibilidad de un crecimiento inclusivo y duradero.»
