Redacción Perico Noticias // En Jujuy, el escenario político parece estar atrapado en un círculo vicioso que da vueltas sin avanzar. Intendentes que deberían ser los primeros en representar y proteger los intereses de sus comunidades han caído, en muchos casos, en la tentación de las prebendas, el nepotismo y el corporativismo. Pero, ¿es esto lo que la gente necesita? ¿Es este el liderazgo que garantizará un futuro mejor para las nuevas generaciones?
Como expresó el intendente Valenzuela: “El tema no es quién tiene razón, si el ministro o los intendentes, el tema es qué necesita la gente”. Sin embargo, para muchos jefes comunales, esta pregunta parece haber perdido relevancia en medio de un sistema que prioriza intereses personales sobre el bienestar colectivo. Es hora de que los intendentes elijan: ¿están del lado de la gente o del lado de la política corrupta que busca perpetuarse?
El lado incorrecto: la política como negocio familiar
En demasiados municipios de Jujuy, la política se ha convertido en un negocio familiar. Testaferros, prebendas, contratos sospechosos y una estructura que premia la lealtad personal por encima de la capacidad y la transparencia son moneda corriente. En lugar de liderar con visión y ética, muchos intendentes han convertido sus gestiones en feudos modernos, donde los mismos apellidos se repiten una y otra vez.
Este festival prebendario no solo frena el desarrollo local, sino que desmotiva a los jóvenes y a los emprendedores que buscan oportunidades reales para progresar. En un contexto donde las nuevas generaciones enfrentan una falta de acceso a empleos de calidad, la política feudal se convierte en una barrera infranqueable para el crecimiento comunitario.
El rol de la tecnología y la participación ciudadana
Sin embargo, Jujuy tiene una oportunidad única para romper este círculo vicioso. La transparencia y la participación tecnológica son herramientas poderosas que pueden empoderar a las comunidades y devolver el control de la política a la gente. A través de plataformas digitales, los ciudadanos pueden exigir rendición de cuentas, monitorear el uso de los recursos públicos y participar activamente en la toma de decisiones locales.
Imaginemos un sistema donde cada peso gastado por un municipio sea visible para todos en tiempo real. Donde las licitaciones públicas sean realmente públicas, y donde los ciudadanos puedan votar y opinar sobre los proyectos que afectarán sus vidas. Este es el futuro al que debemos aspirar.
Nunca más la calesita de siempre
El mensaje es claro: nunca más políticos que devienen en corporaciones familiares y feudos. Nunca más intendentes que se suben a la calesita del poder, girando y girando mientras el pueblo queda estancado. La política debe ser un servicio público, no un negocio personal. Es momento de que los jujeños exijan una nueva forma de liderazgo, basada en la ética, la transparencia y el compromiso con el desarrollo comunitario.
La gente como protagonista del cambio
El cambio en Jujuy no vendrá desde arriba. Los únicos artífices de una transformación real son los ciudadanos. El voto popular es la herramienta más poderosa para expulsar a aquellos que han elegido el lado incorrecto de la historia. Pero no basta con votar. Es necesario participar, cuestionar, exigir y construir.
La política comunitaria debe ser rediseñada desde sus cimientos. Debemos pasar de una gestión vertical y centralizada a una horizontal y participativa, donde cada vecino tenga voz y voto en las decisiones que afectan su comunidad.
Un llamado a la sensatez
Este es un llamado a la reflexión y a la acción. Los intendentes deben preguntarse: ¿De qué lado queremos estar? Si eligen el lado de la gente, el cambio será posible. Pero si persisten en el lado oscuro de la política prebendaria, será la misma gente quien los expulse con el poder del voto.
A los jujeños, este es su momento. La oportunidad de construir un futuro mejor está en sus manos. Elijamos el lado correcto. Exijamos el cambio que Jujuy merece.
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