Redacción Perico Noticias // El dato es tan alarmante como recurrente: para no caer en la pobreza, una familia tipo en Argentina necesitó $1.024.435 en diciembre de 2024. Mientras los políticos discuten dietazos y el «costo del ajuste», el ciudadano común enfrenta una realidad insostenible, marcada por la inflación perpetua, la devaluación constante y un nivel de pobreza que parece no tener fin.
El presidente Javier Milei logró reducir la inflación interanual en 100 puntos, una hazaña que pocos esperaban. Sin embargo, la pregunta central permanece: ¿a qué costo? Si bien estabilizar la economía era una necesidad urgente, la contracara ha sido el aumento en los niveles de pobreza. ¿Es este el precio que debemos pagar por una economía más estable?
Los políticos en su burbuja: Dietazos inmorales
Mientras el 85% de los ciudadanos sobrevive con menos de $950.000 al mes, muchos políticos siguen beneficiándose de salarios desmedidos, prebendas y dietas que no reflejan el esfuerzo que deberían hacer por el bienestar del pueblo. En un contexto de crisis, su indiferencia alimenta la bronca social y aleja aún más a la clase dirigente de quienes representan.
Elecciones: el juicio final a la casta parasitaria
El próximo ciclo electoral no puede ser un trámite más. Debe convertirse en el juicio final a una casta política que ha demostrado ser incapaz de resolver los problemas estructurales del país. Las urnas son nuestra única herramienta para exigir cambios profundos y rechazar un modelo que solo sabe ajustar y perpetuar desigualdades.
Cinco razones para buscar un nuevo modelo
- El ajuste perpetuo no es una solución: Si bien el control de la inflación es clave, hacerlo a costa del empobrecimiento masivo no puede considerarse un éxito. Necesitamos políticas que equilibren la estabilidad económica con el desarrollo social.
- La concentración política es tóxica: Los modelos centralizados, tanto en lo económico como en lo político, han fracasado. Es hora de apostar por la descentralización y el fortalecimiento de los municipios y provincias.
- La ética y la transparencia son innegociables: La ciudadanía ya no tolera los privilegios inmorales de los dirigentes. Un nuevo modelo debe basarse en la transparencia, la rendición de cuentas y la eliminación de prebendas.
- La comunidad como eje del cambio: El cambio debe surgir desde la base. Una sociedad activa, comprometida y con herramientas para participar es esencial para construir un futuro mejor.
- El fin de la polarización estéril: Ni la izquierda populista ni el liberalismo extremo han demostrado ser soluciones integrales. Es momento de construir alternativas que trasciendan estas narrativas.
¿Hay esperanza?
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿podemos superar este ciclo interminable de ajustes, devaluaciones y pobreza? La respuesta depende de nosotros como sociedad. Si logramos organizarnos, exigir y votar con conciencia, podríamos ser capaces de romper con este modelo que ha llevado al país al borde del abismo.
Argentina tiene recursos, talento y un espíritu inquebrantable. Lo que falta es voluntad política para poner al ciudadano en el centro de las decisiones. Es hora de que el pueblo argentino tome el control de su destino y construya un futuro que no dependa de la especulación, el ajuste y las promesas vacías.
El futuro está en nuestras manos. Las elecciones de 2025 son una oportunidad histórica para cambiar el rumbo. No dejemos que la apatía o la resignación nos condenen a más de lo mismo. Si algo nos ha enseñado esta crisis, es que el cambio comienza por nosotros. ¿Estamos listos para el desafío?.
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