Jujuy en la encrucijada: ¿la democracia despertará o seguirá atrapada en el feudalismo?

Jujuy en la encrucijada: ¿la democracia despertará o seguirá atrapada en el feudalismo?

¿Qué opinás sobre el adelantamiento de las elecciones al 11 de mayo en Jujuy?

Redacción Perico Noticias // Las elecciones en Jujuy han sido anticipadas y con ellas se abre una nueva oportunidad para que el pueblo decida su destino. Sin embargo, el tablero político sigue atado a viejas estructuras que se resisten a ceder el poder. En este escenario, surge una pregunta crucial: ¿habrá una fuerza política capaz de enfrentar la maquinaria estatal enquistada en la provincia, o solo asistiremos a una nueva puesta en escena donde los libertarios jujeños resultan ser más de lo mismo?

Desde su irrupción en la política, Javier Milei ha prometido dinamitar el Estado desde adentro, desmantelando la burocracia, el nepotismo y el conservadurismo que sostienen el statu quo. En Jujuy, el oficialismo provincial encarna precisamente esas estructuras anquilosadas: una aristocracia feudal disfrazada de democracia, donde la corrupción y la desigualdad son moneda corriente. En este contexto, los libertarios jujeños deberían ser los actores llamados a liderar la batalla contra esta estructura. Pero, ¿lo están haciendo?

A más de un año de la asunción de Milei en la presidencia, la militancia libertaria en Jujuy no ha dado señales de ser la fuerza de choque que se esperaba. No han irrumpido en el escenario con una narrativa coherente ni han marcado una diferencia sustancial en la discusión pública. Su retórica de campaña aún no se ha conocido y, si la tienen, la han mantenido en un extraño letargo. ¿Acaso han estado demasiado ocupados en la interna, esperando el momento oportuno para presentarse como la alternativa legítima? ¿O simplemente han caído en la trampa de la política tradicional, creyendo que el mero sello de La Libertad Avanza basta para encandilar al pueblo jujeño?

El desafío libertario: dinamitar el feudalismo o convertirse en sus cómplices

Si los libertarios quieren ser una verdadera alternativa en Jujuy, deben demostrarlo con hechos, no con slogans vacíos. La propuesta de Milei no es solo bajar impuestos o desregular mercados; es un llamado a terminar con las mafias enquistadas en la administración pública, a barrer con la casta que ha sometido a la provincia a un sistema clientelar asfixiante. Si el nuevo liberalismo no logra traducirse en una acción concreta contra la estructura feudal jujeña, entonces solo será un sello más en la oferta electoral, otra marca que busca posicionarse en el mercado político sin cambiar nada.

Pero podría ocurrir otra posibilidad: que la verdadera narrativa libertaria no provenga de quienes hoy se arrogan la representación del espacio, sino de otro sector que sí entienda la magnitud del desafío. No sería la primera vez que una corriente ideológica es mejor interpretada y ejecutada por actores inesperados. En ese caso, el gran juego de estas elecciones será encontrar al verdadero león jujeño, aquel que se atreva a encarnar el mandato popular de derribar un modelo de gobierno capturado por una docena de familias, con asimetrías escandalosas y una pobreza estructural inmoral.

El voto como arma: ¿seguirá Jujuy siendo rehén o marcará un nuevo rumbo?

El conservadurismo oligárquico de Jujuy no ofrece futuro, solo perpetúa un sistema en el que la riqueza está concentrada en pocas manos mientras el resto sobrevive con lo mínimo. No hay un horizonte de progreso ni un proyecto de provincia que contemple la autonomía real de los municipios. La política jujeña ha sido históricamente una ingeniería de poder diseñada para sostenerse a sí misma, no para beneficiar a la gente.

Pero esta vez, las cartas no las reparte el Estado, sino el pueblo. Y los que jueguen con mayor astucia y honestidad podrán cambiar el curso de la historia. La democracia jujeña no puede seguir siendo una pantomima donde se vota para legitimar el poder de siempre. Si no se da un golpe de timón ahora, ¿cuándo? Y si no es el pueblo jujeño quien lo haga, ¿quién lo hará?

Las urnas pueden ser el principio del fin del viejo orden o la confirmación de que Jujuy sigue siendo un feudo donde solo cambian los nombres, pero no las reglas del juego. La pregunta queda abierta, y la respuesta está en las manos de quienes decidan que ya es hora de dar vuelta la página más importante de la historia de la provincia.

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