Perico Noticias // El show terminó. Javier Milei, el autoproclamado “león libertario”, ha pasado de ser el centro de atención internacional a convertirse en un problema doméstico que ni la Casa Blanca ni sus otrora aliados globales quieren cerca. Con Donald Trump ya en el poder y marcando la agenda mundial con una brutal reconfiguración de las relaciones geopolíticas, el mandatario argentino ha quedado relegado a un segundo plano. Lo que antes era un torbellino mediático libertario hoy se diluye ante el vendaval de decisiones de la administración estadounidense, que ya no necesita ni el ruido ni las extravagancias de Milei. Y mientras él trata de aferrarse desesperadamente al saco de Trump y Elon Musk, el escándalo del ‘Criptogate’ amenaza con devorar su presidencia.
El golpe final ha sido el fraude con la criptomoneda $LIBRA, un tuit fraudulento lanzado por Milei desde su cuenta oficial para inflar artificialmente su valor y desplumar inversores incautos. Pero la estafa tiene una arista aún más oscura: de las cuatro billeteras beneficiarias del colapso financiero, tres están a nombre del propio presidente argentino. La evidencia es irrefutable y ha llegado a las manos del FBI, que ya investiga la operatoria con la misma dureza con la que Washington ha perseguido otros casos de fraude financiero global. La pregunta ya no es si Milei caerá, sino cuándo.
Si la escena de ayer con Volodímir Zelensky siendo prácticamente expulsado de la Casa Blanca fue un mensaje para los aliados en problemas, la visita de Milei a Washington en abril podría convertirse en el episodio final de su aventura libertaria. En un contexto donde Trump ya no necesita figuras satélite que distraigan su agenda, Milei es ahora un estorbo más que un activo. Y en la Casa Blanca no hay lugar para estafadores financieros con su firma en cuentas off-shore. Lo que viene no es solo el desprecio internacional, sino el escarmiento democrático de un pueblo argentino harto de la inflación galopante, la fuga de capitales y la devastación de su economía.
La historia enseña que los líderes que traicionan a sus votantes con promesas de transparencia mientras construyen imperios financieros paralelos terminan de la misma forma: repudiados y expulsados. Si Milei se convierte en el próximo Zelensky de la política mundial, abandonado por sus supuestos aliados y humillado en la Casa Blanca, Argentina podría presenciar en tiempo real el derrumbe del mito libertario. Con la Justicia y la política nacional enfrentando la presión popular, la pregunta ya no es si habrá consecuencias, sino quién tomará el control cuando el actual presidente ya no tenga dónde esconderse.