Jujuy: la pobreza planificada y la denuncia de Gastón Remy

La imagen es clara, los números son irrefutables y la indignación se vuelve un clamor: «No va más», advierte el diputado Gastón Remy, economista y legislador de la izquierda en Jujuy. Mientras la provincia acumula un superávit de más de 270.000 millones de pesos, el gobierno mantiene a los trabajadores estatales con salarios que pierden 20% de poder adquisitivo desde diciembre de 2023.

Esta no es una crisis inevitable, ni un ajuste necesario: es una decisión política deliberada. Con recursos disponibles para mejorar el ingreso de los trabajadores y dinamizar la economía local, la gestión provincial ha elegido lo contrario: pagar sueldos por debajo de la inflación, sostener paritarias a la baja y empujar a miles de familias a la pobreza estructural.

El círculo vicioso de la miseria: un modelo económico perverso

Jujuy tiene un mercado laboral asfixiado por la desproporción entre empleo público y privado. La falta de inversiones y de condiciones para el crecimiento del sector privado ha convertido al Estado en el principal empleador y motor del consumo. Sin embargo, en lugar de fortalecer ese circuito con salarios dignos que reactiven el comercio y los servicios, el gobierno opta por un modelo de empobrecimiento que debilita la economía, congela el consumo y destruye el tejido productivo.

El resultado es un cóctel explosivo: más precarización, menos oportunidades y un éxodo de jóvenes y profesionales que buscan en otras provincias lo que Jujuy les niega.

Vergüenza oficial: paritarias de miseria y una canasta inalcanzable

La desvergüenza política del oficialismo jujeño queda expuesta en cada discusión paritaria. Mientras la inflación golpea con fuerza, el salario estatal se mantiene por debajo del millón de pesos, cuando la canasta básica en Jujuy ya supera ampliamente ese umbral. El gobierno sabe que los números no cierran, pero insiste en sostener su estrategia de ajuste permanente sobre los trabajadores.

Gastón Remy no solo denuncia la injusticia, sino que expone con datos y sentido común la trampa en la que el gobierno mantiene a la provincia: «Si hay superávit, si la coparticipación le gana a la inflación desde noviembre, ¿por qué condenar a los trabajadores a la miseria?». La respuesta es tan brutal como evidente: porque pueden hacerlo, porque nadie los frena, porque el poder en Jujuy opera sin vergüenza ni resistencia institucional.

«No va más»: el llamado a despertar

El mensaje de Remy no es solo una denuncia, es un llamado urgente a la sociedad jujeña: «No va más». No hay excusas, no hay crisis de ingresos: hay recursos, pero falta voluntad política y sobra insensibilidad social.

Es momento de que los trabajadores, comerciantes, docentes y profesionales comprendan que la pobreza en Jujuy no es un destino inevitable, sino una estrategia planificada desde el poder. La resistencia no es solo un derecho, sino una necesidad impostergable. Si los recursos están, la lucha es por recuperarlos.