¿El derrumbe de un gobierno que perdió el control?
El gobierno de Javier Milei está perdiendo la pulseada en todos los frentes. La crisis de la estafa cripto que lo involucra directamente, la debacle judicial con el rechazo del pliego de Manuel García Mansilla para la Corte Suprema, y la desesperación económica que aleja un acuerdo con el FMI configuran un cóctel explosivo que amenaza con desmoronar su administración. Mientras tanto, las calles se llenan de ciudadanos indignados, exigiendo justicia y respuestas frente a una gestión que se hunde en su propio caos.
La negativa del Senado a aprobar el pliego de García Mansilla es el golpe más reciente a un gobierno que no logra imponer su agenda. Con el peronismo alineado en el rechazo y los radicales fracturados, el candidato de Milei quedó sin respaldo y ahora, según fuentes cercanas, prepara su renuncia antes de ser arrastrado a una votación humillante que lo dejaría en la historia como el juez que nunca fue. El mensaje político es demoledor: Milei ya no tiene margen de maniobra y su capacidad de negociar poder dentro de la institucionalidad se diluye rápidamente.
El peronismo avanzó con un dictamen de rechazo firmado por siete senadores, sumado a los radicales Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, lo que deja al oficialismo sin chances de torcer la votación en el recinto. La jugada de la Casa Rosada para quebrar al peronismo fracasó. El gobierno presionó al exgobernador de San Juan, Sergio Uñac, para que no firme, pero este terminó sellando su postura en contra de la designación por decreto.
El jefe del bloque oficialista en el Senado, José Mayans, fue claro al denunciar que el gobierno de Milei ejerció «presiones del más alto nivel» y «amenazas» para sostener su pliego, lo que revela hasta qué punto el oficialismo está dispuesto a torcer el funcionamiento institucional con tal de imponer su voluntad.
Pero el rechazo del pliego de García Mansilla no es solo un problema político: deja a Milei sin su estructura de blindaje judicial en la Corte Suprema en un momento crítico, cuando la investigación del escándalo de la criptomoneda $LIBRA avanza y ya hay órdenes de captura internacional. Con la crisis institucional instalada y el Congreso bloqueando su capacidad de acción, Milei se enfrenta a una tormenta sin precedentes en la corta historia de su gobierno.
El CriptoGate y el colapso de la legitimidad presidencial
El caso $LIBRA no solo ha destruido la credibilidad del presidente en el ámbito financiero, sino que lo ha puesto en el centro de una investigación internacional que amenaza con dinamitar su gobierno. Las denuncias por estafa, la fuga de capitales y la presión del FBI sobre la justicia argentina han dejado a Milei en una posición extremadamente vulnerable.
El Senado, consciente de que la maniobra del CriptoGate tiene aristas de corrupción a niveles inexplorados, se niega a cederle al presidente la herramienta de una Corte adicta que podría garantizarle impunidad a largo plazo. La desesperación del gobierno por blindarse con jueces de su confianza ya no es un secreto: la maniobra de imponer magistrados por decreto, salteando el Congreso, ha sido repudiada incluso dentro de la oposición moderada.
Milei no solo enfrenta la caída de su influencia en el Congreso, sino que además su imagen ha caído 10 puntos en las últimas semanas, en paralelo con el deterioro de la situación económica. La falta de confianza de los mercados, la imposibilidad de cerrar un acuerdo con el FMI y la creciente conflictividad social han convertido a la Casa Rosada en un centro de crisis permanente.
El FMI mira con desconfianza y la economía se asfixia
El gobierno necesita cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para evitar una devaluación descontrolada antes de las elecciones de medio término. Sin embargo, la debilidad política de Milei y su creciente aislamiento institucional han despertado dudas en Washington.
Los analistas internacionales advierten que sin una Corte aliada que pueda garantizar estabilidad judicial, el gobierno pierde poder de negociación con el FMI y otros organismos de crédito. El rechazo del pliego de García Mansilla es un golpe directo a la estrategia del presidente para generar confianza en los mercados.
Los sectores financieros, que en un principio habían respaldado su plan de ajuste brutal, ahora temen que la crisis política escale y termine en un escenario de ingobernabilidad. Sin dólares suficientes en el Banco Central, Milei enfrenta el peor escenario posible: aislamiento político, falta de financiamiento y una calle cada vez más caliente.
La gente en las calles y la cuenta regresiva para el gobierno
La indignación social ha alcanzado niveles inéditos. La represión a los jubilados, la crisis económica y el escándalo de corrupción del CriptoGate han hecho que la protesta social se masifique en todo el país. Las movilizaciones han crecido en intensidad, sumando a sectores que antes no se manifestaban.
La sensación de que el gobierno está colapsando empieza a instalarse en la opinión pública. Las protestas ya no son solo de sindicatos y organizaciones sociales: ahora incluyen a jubilados, trabajadores autónomos, comerciantes y ciudadanos de clase media que sienten el impacto directo del ajuste.
La pregunta que empieza a circular entre los analistas políticos no es si Milei logrará terminar su mandato, sino cuánto tiempo más podrá sostener el nivel de conflictividad antes de que la crisis se vuelva inmanejable.
Si el Senado avanza con el rechazo del pliego de García Mansilla y el Congreso sigue bloqueando su poder de acción, el gobierno entrará en un callejón sin salida donde la única respuesta posible será la represión.
La historia argentina ha demostrado que cuando un gobierno pierde legitimidad, cuando el Congreso le da la espalda y cuando la gente sale a las calles en masa, el desenlace es inevitable.
¿Podrá Milei resistir el vendaval? ¿O estamos viendo el principio del fin de una administración que no supo gobernar?.