11 de abril de 2025 – El Gobierno argentino ha anunciado el fin del cepo cambiario, una medida que marca un hito en la política económica del país. A partir del próximo lunes, el dólar operará dentro de una banda de flotación entre $1.000 y $1.400, con una actualización mensual del 1%. Esta decisión se enmarca en la Fase 3 del programa económico iniciado en diciembre de 2023 y coincide con un acuerdo técnico con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un préstamo de 20.000 millones de dólares.
¿Qué implica el fin del cepo para los argentinos?
Para el ciudadano común, la eliminación del cepo significa que podrán acceder al mercado de divisas sin las restricciones previas. Esto podría facilitar operaciones como la compra de dólares para ahorro o viajes, y permitir a las empresas girar utilidades al exterior. Sin embargo, también podría generar volatilidad en el tipo de cambio y presionar sobre los precios internos, especialmente en bienes importados.
Impacto en los mercados y la inflación
La liberalización del mercado cambiario podría tener efectos mixtos en la economía. Por un lado, podría atraer inversiones y mejorar la competitividad. Por otro, existe el riesgo de una depreciación acelerada del peso, lo que podría alimentar la inflación. En marzo, la inflación alcanzó el 3,7%, la más alta en siete meses, con un acumulado interanual del 55,9%.
¿Qué esperar en el corto y mediano plazo?
En el corto plazo, es probable que se observe una mayor volatilidad en los mercados financieros y en el tipo de cambio. La clave estará en la capacidad del Gobierno para implementar políticas que contengan la inflación y estabilicen la economía. A mediano plazo, si se logra consolidar la confianza y atraer inversiones, el país podría experimentar un crecimiento sostenido.
Conclusión
El fin del cepo cambiario representa una apuesta audaz del Gobierno argentino por normalizar la economía y atraer inversiones. Si bien los desafíos son significativos, esta medida podría sentar las bases para una recuperación económica sólida, siempre que se acompañe de políticas fiscales y monetarias coherentes.