“173 mil empleos perdidos y una región en silencio: el ajuste llegó al NOA, pero en Perico ya era una rutina”

“173 mil empleos perdidos y una región en silencio: el ajuste llegó al NOA, pero en Perico ya era una rutina”

El modelo de Milei no inventó el desempleo, pero lo multiplicó. Y en ciudades como Perico, donde el trabajo formal ya era escaso, la política nacional sólo profundizó una crisis que la vieja política local jamás quiso revertir.

Argentina en caída libre

Los números lo dicen sin metáforas: desde que Javier Milei asumió la presidencia, 173.000 personas perdieron su trabajo formal en el sector privado.
Sólo en el mes de enero de 2024, el empleo registrado volvió a retroceder, consolidando una tendencia que refleja un brutal freno de la actividad económica, especialmente en las regiones más postergadas del país.

La inflación, la devaluación, la caída del consumo, la paralización de la obra pública y la destrucción del poder adquisitivo de la clase media baja no son datos aislados: son políticas concretas que tienen resultados concretos.


En el NOA: ajuste sin amortiguador

En provincias como Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero, donde el empleo público y la informalidad son moneda corriente, la destrucción de puestos privados formales tiene un efecto devastador.

Las PyMEs no venden, el agro pierde rentabilidad, los pequeños comercios achican su plantel, y los jóvenes vuelven a migrar.

En Jujuy, los sectores agroindustriales y de servicios —históricamente débiles por falta de políticas locales activas— no tienen con qué sostener la estructura productiva. La desregulación y el recorte no generaron eficiencia: generaron despidos, incertidumbre y parálisis.


El caso Perico: cuando la periferia ya estaba rota

Perico representa con nitidez el impacto territorial de estas políticas. En esta ciudad del ramal jujeño:

  • El empleo industrial está estancado desde hace años.
  • El comercio minorista atraviesa 15 meses consecutivos de caída de ventas.
  • La feria mayorista, pulmón económico de la región, sufre presiones fiscales locales y desorganización estructural.
  • Las obras privadas están frenadas por el miedo a la doble imposición, la burocracia y la ausencia de incentivos.

Hoy, cada obra que no se inicia es una changa menos, un albañil sin trabajo, un corralón sin venta.
Cada cierre de comercio es una familia que cae en la informalidad, sin red ni respuesta.


¿Y la política local?

Lo más grave es que, frente a esta tragedia silenciosa, ni el gobierno provincial ni el municipal parecen tener reacción.

Mientras en Nación se habla de “reestructuración dolorosa”, en el territorio no hay un plan productivo, ni líneas de crédito, ni fomento al empleo joven, ni incentivo a la industria o la economía del conocimiento.
Sólo hay presión impositiva, multas disfrazadas y ausencia de propuestas.

El municipio se ha transformado, en muchos casos, en una oficina de cobros, no en una plataforma de desarrollo.
Y el gobierno provincial, concentrado en su propio orden político interno, dejó de mirar al interior profundo.


El silencio también es una decisión

Ni una conferencia. Ni un plan de empleo. Ni un llamado de atención. En Perico, la pérdida de empleos no tuvo ni minuto de indignación institucional.
El ajuste se naturalizó. Y lo más peligroso no es el modelo que se impone desde Nación, sino la resignación que se instala en los gobiernos locales.

Porque cuando los municipios dejan de pensar en cómo generar trabajo, y sólo piensan en cómo recaudar o maquillar la realidad, la democracia empieza a vaciarse.


Lo que se vota también es eso

Este 11 de mayo hay elecciones municipales en Perico.
Y lo que está en juego no es sólo la composición del Concejo:
se vota si seguimos tolerando la caída libre, o si exigimos un modelo donde el empleo, la producción y el desarrollo local vuelvan al centro.

Perico tiene capital humano, historia productiva, cultura del esfuerzo.
Lo que falta no es capacidad: falta decisión política.
Y frente a un modelo nacional que descarta a las ciudades pequeñas, el único lugar donde podemos construir respuestas es el municipio.


Conclusión

El empleo no vuelve solo. Hay que llamarlo con políticas claras, con incentivos, con obra pública bien pensada, con ferias ordenadas, con industria local, con educación para el trabajo.
Y para eso, el voto importa.
Porque un municipio que no genera empleo es un municipio que traiciona a su gente.

¿Qué es lo que más te preocupa hoy en Jujuy?

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