Obras, liderazgo y respaldo popular en una ciudad que vuelve a soñar
Mientras muchas localidades del interior siguen esperando respuestas ante tibias gestiones, Monterrico avanza a paso firme, dejando atrás años de abandono. Con una gestión que se volvió sinónimo de eficiencia, el intendente Luciano Moreira —conocido por su hiperactividad— está concretando en tiempo récord lo que parecía imposible. Más de 700 familias, hoy se suman a decir que viven en una ciudad distinta, más digna y más habitable.
La reciente inauguración de las obras de cloacas en tres barrios populares, abandonadas durante años por gestiones anteriores, marca un antes y un después en la historia reciente de Monterrico. Lo que la gestión Ortega dejó inconcluso, hoy es una realidad tangible, gracias a la voluntad política, el trabajo sostenido y la capacidad de gestión de Moreira.

Cloacas e iluminación: servicios básicos como derecho, no privilegio
El acto de inauguración no fue uno más. La multitud que acompañó al intendente fue elocuente: el pueblo reconoce cuando la política cumple. Allí estuvo también el gobernador Carlos Sadir, quien una vez más —y ya son muchas— viajó a Monterrico y no escatimó elogios para el joven jefe comunal.
“Es impresionante lo que se está haciendo acá. Monterrico es hoy un ejemplo de cómo una ciudad puede ponerse de pie cuando hay un intendente con decisión, visión y trabajo concreto”, expresó Sadir frente a vecinos emocionados.
Pero Moreira no se conformó solo con devolver el derecho al saneamiento. Sin previo anuncio y ante el asombro de todos, completó la transformación de los tres barrios con iluminación LED de última generación. Seguridad, urbanismo y calidad de vida, todo en una misma jugada. El aplauso fue unánime. El mensaje, claro: no vino a administrar, vino a transformar.
La ciudad que deja de esperar y empieza a caminar
Durante años, Monterrico fue sinónimo de promesas incumplidas. Hoy, la esperanza tiene nombre y apellido, y se traduce en obras, gestión y una nueva manera de hacer política: desde el territorio, escuchando a la gente, con hechos, no discursos.
Los vecinos lo notan. Las calles ya no son testigos de reclamos, sino de agradecimientos. Donde había barro, hoy hay cloacas. Donde había penumbras, hoy hay luz. Donde había frustración, hoy hay un proyecto en marcha.

Un intendente con respaldo social y futuro político
Más allá de las obras, lo que se vivió en el acto fue también una señal política: Luciano Moreira cuenta con un respaldo masivo. No es casualidad. La gente lo acompaña porque ve resultados, porque lo siente cercano, porque no se olvidó del Monterrico profundo.
“Cumplimos porque creemos en el poder transformador de la política bien hecha. Estamos recién empezando, pero Monterrico va a ser la ciudad que siempre soñamos, con salud, educación, empleo y desarrollo para todos”, declaró Moreira al cierre del evento.

Conclusión: de pueblo postergado a ciudad modelo
Monterrico está dando una lección al resto de la provincia: cuando hay decisión política y vocación de servicio, todo es posible. Luciano Moreira no solo reactivó una obra paralizada. Encendió una nueva etapa. Una etapa donde el futuro no se espera, se construye.