En esta ciudad que alguna vez fue promesa de pujanza, en este corazón del tabaco y la industria olvidada, Perico parece detenida en un tiempo que ya no existe, como si la inercia del pasado bastara para soportar un presente cada vez más duro. Mientras el mundo cruje por conflictos geopolíticos, mientras la macroeconomía nacional se desmorona entre inflación, desempleo y ajuste, nuestros vecinos caminan como si nada pasara, como si estas elecciones del 11 de mayo no tuvieran peso, no fueran una encrucijada, no marcaran un antes y un después.
Pero la realidad golpea, aunque se la ignore. Los comercios ya no venden como antes, la juventud se va sin mirar atrás, los alquileres suben más rápido que los sueldos, y la política parece un eco ajeno, un murmullo de otros. Sin embargo, no hay mayor peligro para un pueblo que resignarse, y el mayor error de este momento sería votar con indiferencia o no votar en absoluto.
Porque no estamos eligiendo un concejal más ni un simple proyecto de intendente, estamos decidiendo si Perico se anima a recuperar su dignidad. Si nos atrevemos a construir una ciudad con autonomía real, con un municipio que deje de mendigar en la Casa de Gobierno y empiece a gobernarse con poder propio, con recursos genuinos, con participación ciudadana.
¿Queremos seguir dependiendo de los favores y la limosna institucional, o empezamos a diseñar nuestro propio destino?
¿Vamos a seguir esperando que nos bajen algo desde arriba, o nos animamos a levantar la mirada y decir: Perico puede solo?
Este 11 de mayo es la oportunidad para votar ideas que nos devuelvan el orgullo. Para acompañar liderazgos que no teman hablar de transformar el sistema tributario, que se animen a pensar una banca de desarrollo local, un mercado financiero autónomo que promueva a los emprendedores, a los industriales, a los que todavía sueñan en esta tierra. Liderazgos que entiendan que sin industria no hay progreso, y sin ciudadanía activa no hay democracia.
No se trata de partidos. Se trata de nosotros. De vos. De tus hijos. De tu comercio. De tu calle. De tu futuro. Esta elección es tan local como vital. Porque cuando todo está en crisis, la única salida es la comunidad organizada, empoderada, decidida.
Perico ya no puede seguir siendo una estación de paso. Tiene que volver a ser destino.
Elijamos con el corazón, pero también con la cabeza.
No votes por costumbre, votá por coraje. No elijas comodidad, elegí transformación.
El 11 de mayo, cada voto es una semilla. Y Perico necesita florecer.