En tiempos de descreimiento y bronca, cuando muchos repiten sin pensar que «son los mismos de siempre», Walter Cardozo camina las calles de Perico con la frente en alto, con la historia en la piel y la vocación intacta. No es un hombre más del montón. Es un dirigente que viene desde abajo, que no se olvidó nunca de dónde salió, ni para qué eligió la política: para servir, no para servirse.
Hoy, busca su segunda reelección como concejal, renovando el pacto de confianza que firmó con su pueblo desde que empezó a militar, desde cuando era apenas un joven decidido a transformar su ciudad. Walter no ofrece promesas vacías ni discursos de ocasión. Ofrece su propia vida como testimonio: dos mandatos como concejal, su paso como administrador de la Finca El Pongo, su gestión breve pero histórica como intendente interino durante nueve meses, donde demostró que la transformación verdadera no era un sueño imposible, sino una meta al alcance de todos.
Frente al hartazgo legítimo que siente la sociedad, Cardozo no esquiva el debate. Reconoce que la política ha defraudado muchas veces, pero sostiene, con la fuerza de su historia, que no todos son iguales. Que la política no es mala si quienes la ejercen son personas honestas, comprometidas y con amor genuino por su comunidad. «El que nada debe, nada teme», repite en cada puerta, en cada charla, en cada abrazo sincero que recibe de los vecinos.

Walter Cardozo no tiene que inventarse un personaje. Su campaña es su vida: su humildad, su esfuerzo constante, su honestidad probada, su convicción peronista inquebrantable, heredera de los valores de Cristina Fernández de Kirchner y de un peronismo que vuelve a hablar de justicia social, ascenso colectivo y recuperación económica real.
En cada caminata, en cada puerta a puerta, Cardozo no solo defiende su banca hasta 2029. Está sembrando algo mucho más profundo: el sueño colectivo de una Perico que vuelva a crecer, que vuelva a confiar, que vuelva a ser tierra de oportunidades para todos.
Su mirada no se queda en el Concejo Deliberante. Su proyecto va más allá: construir una intendencia que se anime a romper las cadenas de la desigualdad, de la desidia, de la resignación. Porque en esos nueve meses en que fue intendente, Cardozo demostró que sabe gobernar, sabe administrar, y sobre todo, sabe escuchar.
Este 11 de mayo, Walter Cardozo no se presenta solo como candidato. Se presenta como un símbolo vivo de que otro camino es posible. No te pide un voto por obligación. Te invita a reafirmar un compromiso de esperanza, de trabajo, de dignidad.
Porque Perico no puede resignarse a seguir igual. Porque si alguna vez creíste en que era posible cambiar, Cardozo sigue ahí, caminando con vos, como siempre.