La radiografía electoral de Consultora 2.0 anticipa una crisis de legitimidad para el gobierno, aunque retenga bancas

Interpretación del cuadro: la grieta no es ideológica, es emocional
La imagen elaborada por Consultora 2.0 expone, con precisión quirúrgica, el pulso de un electorado jujeño desgarrado entre el enojo, la decepción y la necesidad de canalizar su hartazgo. Si bien el oficialismo (Jujuy Crece) lidera técnicamente con el 17,4%, es evidente que ya no representa la síntesis de ninguna mayoría política ni social. Este porcentaje, desprovisto de legitimidad moral por el contexto, es apenas un reflejo residual de una estructura que sobrevive más por inercia que por adhesión real.
Hipótesis de interpretación profunda
1. El gobierno se sostiene en minoría
Aunque Jujuy Crece conserve su presencia en la Legislatura, la realidad es lapidaria: más del 80% del electorado se distribuye entre el voto opositor, el voto en blanco, los indecisos y el ausentismo. Este cuadro revela una crisis de hegemonía y representatividad sin precedentes desde la llegada de Morales al poder.
2. La Libertad Avanza no convence, y cae ante su ambigüedad
Con un 18,9%, LLA capitaliza el voto disconforme, pero no logra configurar una identidad opositora creíble. La percepción de que está “en connivencia” con el oficialismo provincial y el desgaste nacional de Javier Milei hacen que sus votos estén altamente volátiles. Hay arrepentidos. Y no son pocos.
3. La izquierda, única fuerza con narrativa coherente
Vilca y el FITU alcanzan un sólido 15,9%, no por seducción ideológica sino por su coherente papel de oposición real. Su crecimiento no se explica solo por estructura militante, sino por representar una opción clara ante la traición percibida del peronismo, la tibieza libertaria y el cinismo oficialista.
4. La descomposición del peronismo: atomizado y deslegitimado
El PJ y sus figuras (Isasmendi, Carrasco, Palmieri) suman menos del 12%, divididos, desgastados y sin relato. Siguen hablando entre ellos mientras el pueblo exige confrontación clara. Su “oposición de escritorio” los volvió irrelevantes.
5. Un ausentismo que habla: el silencio es grito
El 6% que ya declara que no irá a votar, junto al 9,7% de votos en blanco y el 6% de indecisos, son el verdadero mensaje de estas elecciones: la democracia representativa, tal como está, ha colapsado simbólicamente en Jujuy. No hay credibilidad en la política, solo rabia, resignación o abstención.
Vaticinio electoral
A días del acto eleccionario, y a partir de los datos expuestos, la tendencia parece irreversible:
- La izquierda podría disputar el segundo lugar si logra movilizar el voto joven e independiente.
- LLA retrocederá, golpeada por la ola antimileísta y la evidencia de no ser oposición real.
- El oficialismo ganará bancas, pero perderá el alma del electorado, quedando en una posición de debilidad estructural.
El gran derrotado será el consenso institucional.
El domingo 11 de mayo no será solo una elección legislativa: será el plebiscito del modelo jujeño, de sus abusos, de sus simulaciones, de su agotamiento.
La legitimidad, en coma político
Aunque el gobierno provincial conserve una cuota de poder legislativo, la suma de los factores (ausentismo, voto blanco, voto a otras fuerzas y bronca acumulada) dejará al oficialismo con un piso simbólico extremadamente bajo. Se espera que esta debilidad se traduzca en una reestructuración forzada del gabinete provincial y de muchos gobiernos comunales.
La elección será el golpe seco que no derriba, pero fractura. El pueblo jujeño ya no se representa en los partidos tradicionales, sino en su hartazgo. Y cuando el hartazgo es mayoría, la política debe cambiar o perecer.