En Monterrico, las soluciones ya no se prometen, se concretan. A días de las elecciones provinciales, mientras muchos solo caminan por los barrios con la urgencia del proselitismo, el intendente Luciano Moreira continúa haciendo lo que hace desde el primer día de su gestión: gestionar sin tregua. Y esta vez, con una noticia que transforma la calidad de vida de cientos de vecinos del Barrio 25 de Mayo y zonas aledañas: una ambulancia del SAME tendrá base fija en el CIC del barrio, respondiendo a una demanda histórica de la comunidad de La Ovejería.
Lejos de buscar réditos electorales en cada acción, Moreira demuestra que la política puede ser útil, práctica y cotidiana. Su modo de comunicar no es episódico ni oportunista: es permanente, comprometido y directo. Informa a diario, resuelve a diario, gestiona a diario. Porque para él, hacer es la norma, no la excepción. La llegada de esta ambulancia no es un favor: es justicia urbana, es igualdad territorial, es eficiencia en salud pública.

La reunión clave, mantenida junto al titular del SAME, Dr. Pablo Jure, cristalizó lo que durante años fue un pedido desesperado. En Monterrico, donde las distancias importan y cada minuto puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, contar con una ambulancia en cercanía es una revolución silenciosa en salud pública. Y el impacto es real: beneficia directamente al Barrio 25 de Mayo, pero también a toda su zona de influencia.
Naturalizar lo extraordinario: eso es gobernar bien
Lo que en otras épocas era tratado como un milagro, hoy se vuelve norma. Porque en Monterrico ya no se racionan las soluciones, se multiplican. No hay “gestos” de campaña, hay decisiones. No hay especulación, hay presencia constante. Luciano Moreira transformó la lógica del municipio: la política ya no llega tarde, llega a tiempo, y con respuestas.
Esta ambulancia es una muestra más —pero no la única— de que la ciudad está en marcha, como bien lo expresa el propio intendente. Mientras otros concentran su energía en prometer, él sigue construyendo, calle por calle, servicio por servicio, respuesta por respuesta.
Y lo hace con humildad, con equipo, y con una convicción: la gestión debe estar donde está el vecino, no en los despachos.