El Mundo al Borde: Guerra Fría 2.0, colapso financiero y el fin del orden global liderado por Occidente

Especial para Perico Noticias Global // El tablero global se recalienta a velocidad alarmante. En el corazón de Eurasia, el conflicto entre Rusia y Ucrania entra en una fase crítica, con operaciones ofensivas rusas que han desbordado el este ucraniano y la región de Sumi. La posibilidad de una contraofensiva occidental ya no es una hipótesis de laboratorio: la OTAN está, literalmente, en la antesala del combate directo con Moscú.

Lo que comenzó como un conflicto regional, se ha transformado en una batalla sistémica por la hegemonía mundial, y los Estados Unidos, lejos de consolidar su rol de gendarme del orden internacional, se debilitan entre fracasos económicos, amenazas comerciales, y un desmoronamiento progresivo de su legitimidad global.

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Trump, Putin y el regreso del miedo nuclear

Donald Trump, en su estilo pragmático y brutal, intentó reducir la guerra a un asunto de semanas. Hoy, en conversaciones reservadas con Vladimir Putin, reconoce que no puede controlar el rumbo. Sus declaraciones sobre la amenaza nuclear iraní, y la sugerencia de que Rusia intervenga para evitar que Teherán acceda a armamento atómico, reflejan una diplomacia sin brújula, donde la presión se vuelve chantaje y el chantaje, norma.

El presidente ucraniano Volodímir Zelensky denunció que lo presentado por Occidente como un “memorándum de apoyo” fue en realidad un ultimátum encubierto. En otras palabras: o te rendís, o te dejamos solo. Mientras tanto, la amenaza de imponer aranceles del 500% a países que comercien con Rusia, como India y China, podría desatar una guerra comercial de escala apocalíptica.

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La OTAN y el fin del mito occidental

La OTAN atraviesa el mayor desafío existencial desde su creación. Con una industria militar estadounidense sedienta de contratos, el bloque presiona a sus miembros europeos para un aporte financiero sin precedentes: más de 800.000 millones de dólares. El teniente coronel retirado Pete Hegseth lo dijo sin ambages: “hay que estar listos para combatir”. La diplomacia se disuelve en favor del belicismo. Europa paga el precio.

Esta situación confirma que la alianza ya no es defensiva. Es una estructura de expansión del poder angloamericano, que ve en el caos una oportunidad de reordenamiento. Lo que está en juego no es Ucrania, es el futuro del sistema-mundo.

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Colapso interno en EE.UU.: educación cerrada, empleo estancado, economía helada

Mientras mira hacia fuera, Estados Unidos arde por dentro. En un movimiento xenófobo sin precedentes, Trump ha prohibido el ingreso de estudiantes de 12 países a universidades como Harvard, cortando de cuajo el flujo de cerebros que tanto fortaleció al país en décadas pasadas.

La economía da señales de parálisis: el informe de empleo de ADP reveló la creación de solo 37.000 empleos en el sector privado, la cifra más baja en dos años. La Reserva Federal, presionada por Trump, recibe culpas mientras el BCE ya comenzó a bajar tasas para evitar una recesión paneuropea.

La globalización está en coma inducido, y la reconfiguración del mapa económico apunta hacia una multipolaridad volátil, sin reglas claras.

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Conclusión: un mundo sin timón

La era que definió al siglo XX se ha terminado. La supremacía occidental, liderada por EE.UU., la economía basada en servicios financieros y deuda, la diplomacia como forma de contención de conflictos: todo eso se disuelve ante nuestros ojos.

La nueva etapa es brutal y sin intermediarios: bloques que negocian en yuanes, misiles hipersónicos como advertencias geopolíticas, alianzas comerciales emergentes (como los BRICS) y pueblos empobrecidos pidiendo contención. Si el multilateralismo no se reinventa, si la política no se humaniza, el caos será la nueva gobernanza del mundo.

Trump juega con fuego. Putin no cede. China acumula poder en silencio. Y la OTAN ya no garantiza paz, sino guerra total.