A pesar de que los alimentos registran aumentos regularmente, un tercio de la canasta de consumo de una familia está concentrado en precios regulados de la economía, como las tarifas, que vienen retrasados pero que comenzarán a moverse en el segundo semestre.
Los precios de los alimentos básicos subieron, en promedio, un 2,23% en la primera quincena de julio, según un informe de la organización Consumidores Libres, que relevó los valores de veintiún productos que fueron ofrecidos en góndolas de supermercados y negocios barriales de la ciudad de Buenos Aires.
El frío y el despegue del dólar libre activaron las listas de precios: entre el 30 de junio y el 15 de julio, los artículos de almacén subieron un 2,15%; la fruta y verdura un 4,43%; y las carnes un 1,07%.
En lo que va del año, los productos que componen la Canasta Básica Alimentaria subieron un 81,45%: el rubro con mayores alzas en este período fue el de frutas y verduras, que registró un incremento del 140,31%; los productos de almacén tuvieron un aumento del 84,73%; y las carnes mostraron una variación del 56,9%.
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Las mayores subas en la primera quincena de julio se dieron en la cebolla (27%), las zanahorias (15%), tomate (10,5%), el kilo de azúcar (4,55%), en la docena de huevos (4,35%) y el pan fresco (3,85%).
Ya la consultora LCG había relevado en los primeros días de julio un salto en la escala de precios, que subieron un 1,8%: para encontrar un incremento mayor hay que remontarse al 3,3% de la segunda de marzo.
El analista Andrés Borenstein, de la consultora Econviews, explicó que el rubro alimentos, en particular las verduras, subieron mucho las primeras dos semanas del mes debido a la ola de frío, que hizo que haya problema en la oferta.
Las estimaciones que los economistas seleccionados hacen llegar al Relevamiento de Expectativa Mercado (REM) que lleva el Banco Central, indican que en julio el Índice de Precios al Consumidor volverá a ser menor del 5%, dado que en este mes no habrá subas de tarifas.
Tarifas y poder adquisitivo
Un tercio de la canasta de consumo de una familia está concentrado en precios regulados de la economía, que vienen retrasados pero que comenzarán a moverse. Son los casos de los servicios públicos como luz, gas, agua, transporte, y privados cómo educación, salud y comunicaciones.
“Los precios reprimidos siempre estuvieron ahí y en el segundo semestre será el período donde verán la luz de su liberación”, indicó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market.
Y añadió: “Todo parece indicar que los salarios tomarán como parámetro el descenso de la inflación futura más que la pasada. Las paritarias comenzaron a ganarle a la inflación a partir de abril, pero quedaron rezagadas respecto de la pérdida de poder adquisitivo pasado”.